La dieta sin gluten como necesidad, no como capricho

M.M.G.
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Acefa, la Asociacion de Celiacos y Familiares de Ávila, adelantó la celebración del Día Nacional de una enfermedad que se calcula que padece el 1 por ciento de la población

La dieta sin gluten como necesidad, no como capricho

Este lunes se conmemora el Día Nacional del Celiaco y Acefa, la Asociación de Celiacos y Familiares de Ávila adelantó a este sábado la celebración para compartir un rato con todos los abulenses y para dar visibilidad a una enfermedad (que no alergia o intolerancia) que se calcula que padece el 1 por ciento de la población.

Desde las once de la mañana, buena parte de los miembros de Acefa (que en la actualidad cuenta con 110 socios) ‘tomaron’ el Grande para dar visibilidad a la celiaquía y trasladar a todos aquellos que quisieron acercarse a conocerles que no se trata de una moda o de un capricho, sino de una «enfermedad multisistémica» cuyo único tratamiento en la actualidad es llevar una dieta sin gluten.

Así lo explicaba a Diario de Ávila Ána Rodríguez, presidenta de Acefa, que insistía precisamente en eso, en la necesidad de sentirse comprendidos por una sociedad que, demasiadas veces, les considera unos caprichosos.

Una sociedad, por cierto, en la que también encuentran personas que, sin ser celiacos, deciden llevar una dieta libre de gluten porque consideran que les sienta bien. «Y eso no nos ayuda mucho, la verdad», lamentaba Ana, que aprovechaba la ocasión para lanzar un mensaje a los hosteleros abulenses. «Que nos tengan más en cuenta, por favor», decía Ana, que aunque sabe que algunos se toman su interés y tratan de prestarlos el mejor servicio posible, tiene claro también que estos son una inmensa minoría. «La mayoría de los restaurantes no nos tienen en cuenta para nada», denunciaba. Y hablaba también del peligro que supone la contaminación cruzada a la hora de elaborar sus platos, otro aspecto por el que, continuaba hablando Ana, mucha gente les tiene como clientes antojadizos o molestos.

Por ese motivo son muchas las veces que las personas celiacas desisten a la hora de salir a comer a un restaurante. Se quedan en casa. Aunque aquí también encuentran una barrera importante: el elevado coste de los productos elaborados sin gluten. Y ponía Ana un ejemplo: un kilo de harina tiene un precio aproximado de 50 céntimos, decía. Y un kilo de harina sin gluten cuesta entre cuatro y cinco euros. «Y hablamos de harina para preparar pan, un producto de primera necesidad», recalcaba Ana este dato.

Para celebrar su día, los celiacos de Ávila invitaron a los peques a unirse a unos cuantos juegos tradicionales para, un poquito más tarde, participar en una animada clase de zumba (necesaria, por cierto, para subir un poco la temperatura en la fría mañana de mayo).

La mañana se cerró con una deliciosa degustación de revolconas elaboradas, cómo no, sin gluten.