El Real Ávila aprende la lección

A.S.G.
-

2
Real Ávila
1
Cebrereña
Finalizado
Los encarnados mandaron en el derbi ante una Cebrereña alejada de su mejor versión y que pagó la 'caprichosa' expulsión de Súper al borde del descanso. De Mesa inauguró el marcador y Ortiz certificó el triunfo

Visperas de mucho, tardes de nada o, al menos, de poco. Suele pasar en este tipo de partidos y pasó. El Real Ávila se llevó el derbi en una tarde más plácida de lo esperado para los encarnados, que vuelven a desnivelar a su favor –siete victorias frente a seis– la historia de los duelos ante la Cultural Deportiva Cebrereña, que se vio superada por el rival y las circunstancias. Los nervios pudieron con una Cebrereña que necesitaba hacer de su necesidad virtud. Pero sus urgencias en la clasificación no dieron consistencia a los de Pepe García, superados por el escenario, la eficacia de los encarnados –marcaron en cada tiempo en la primera que tuvieron– y la caprichosa expulsión de Súper. Si la temprana lesión de Juanma, su mejor hombre en defensa, tocó los cimientos del equipo, la de Súper al borde del descanso le empujó a un ejercicio de superación al alcance de muy pocos. Especialmente ante un Real Ávila que si por momentos volvió a ser el equipo plano y horizontal del que tanto trata de huir Jonathan Prado, en defensa es un equipo tremendamente sólido.Esta vez Garretas y Llorián dominaron a David Terleira.Tenían la lección bien aprendida tras lo vivido en El Mancho ÁngelSastre. Lástima que con el partido resuelto se dejaran escapar su racha de partidos –siete consecutivos– sin encajar un gol. Si a sus números en defensa les hubieran dado prolongación en ataque, el equipo estaría en una posición muy diferente.  

No se habían llegado a los primeros diez minutos de partido y el Real Ávila ya mandaba con claridad en el derbi. El 1-0 lo tuvo que ver Juanma desde el túnel de vestuarios mientras dejaba su sitio sobre el campo a Garrido por culpa de una lesión. Fue el primer contratiempo para el equipo de Pepe García, que veía como los encarnados se ponían por delante (1-0) cuando De Mesa, aprovechando una prolongación de espuela de Mayorga a saque de córner, remataba de chilena en el área pequeña. Rodeado de rivales, fue el mejor recurso cuando el balón pasaba por sus dominios a media altura. Les faltó contundencia a los culturalistas, timoratos ante el despeje. El cuero se colaba ante la mirada de Gordo, que no pudo hacer nada por evitarlo.

Arrancó demasiado temerosa la Cebrereña.Era un flan. Empezaron con miedo a recibir el primero y pasaron a tener miedo a recibir el segundo. Necesitaba una reacción el equipo verdiblanco, demasiado atrás en un campo tan grande.Perseguían sombras Fer Albín y Perdi, generosos en las ayudas y el esfuerzo. El Ávila estaba muy metido en el partido. El toque de Jonathan Prado durante la semana –«no he visto buenas sensaciones»– parecía haber surtido efecto.

Resguardados atrás –formaron con una línea de cinco defensas– la Cebrereña  buscaba su oportunidad en las botas de Terleira, un verso suelto entre Garretas y Llorián, muy cómodos ante la soledad del delantero.

Con el 1-0 a su favor el Real Ávila bajó la intensidad. De la verticalidad, a la horizontalidad. Bajó el ritmo el equipo encarnado y parecieron tranquilizarse las pulsaciones del equipo de Pepe García, demasiado impreciso con el balón. Yde un error llegaba una gran ocasión de los encarnados. Se quedó Juli con un balón suelto en la frontal, aguantó ante la presión de Mario y Garrido, a los que le faltó colmillo. Buscó el disparo pero optó Juli por cederla atrás a Ortiz, que vio a la perfección la llegada por el costado de Mayorga, que dentro del área la rompía. Disparo duro y fuerte que despejaba JaviGordo de puños, esta vez seguro.

Con el paso de los minutos los culturalistas parecían más seguros. Lo necesitaban. Había tenido el Real Ávila el derbi en su mano pero no había terminado de cerrar el puño.

La posesión era del Ávila, el ritmo de partido también, pero no lo traducía en ocasiones. Tampoco las encontraba la Cebrereña, que apenas había alcanzado los dominios de Alberto. La llegada del descanso podía venir bien a ambos, porque lo que había comenzado como un partido con ritmo dormitaba con el paso de los minutos entre bostezo y bostezo. Faltaba chispa.  

Y cuando el partido ya miraba al descanso, Del Bosque García lo animó. Roja directa a Súper, al que había mandado al banquillo para limpiarse la sangre por un golpe en la nariz. Le pudo la impaciencia al culturalista, que cuando esperaba el permiso del colegiado para volver al campo metió los dos pies dentro del césped. Lo vio el asistente y tuvo prisas Del Bosque García. Primero la amarilla, después roja ante la reacción de Súper.Según  recogería el acta posterior, el jugador se habría dirigido al colegiado en los términos  «¡Eres muy malo!» «¡Tu puta madre!». Lo cierto es que la expulsión desniveló un partido que ya estaba desnivelado.

Duro panorama el que le esperaba por delante al equipo de Pepe García.Con 1-0 en el marcador y uno menos en el campo debía dar un vuelco radical a un partido en el que se había mostrado  lejos de su nivel habitual en este tipo de encuentros. Y pese a las adversidades, volvió de los vestuarios con energía. Hasta dónde le podía llegar el fuelle era otra cuestión.

Quiso, pero no pudo.No le dejó Ortiz, que en su vuelta al once inicial demostró que es una pieza clave. El ‘10’ cazó en el punto de penalti un balón suelto para enganchar una preciosa volea que se colaba junto al palo derecho de Gordo. Con dos zarpazos el Real Ávila había resuelto el derbi. Porque aunque quedaba mucho por delante, el Real Ávila tenía controlado el derbi, el séptimo en su cuenta particular.

El Real Ávila se hizo con el balón y con el partido. Lo cierto es que siempre lo hizo.  Para la Cebrereña pasó a ser una cuestión de supervivencia, de orgullo. Ypor orgullo los culturaistas buscaron volcar el partido sobre el campo encarnado. Quiso buscar Perdi –minuto 59– el remate de David Terleira en un saque en largo de falta. Alberto, muy atento, lo solventó de puños. Si Alberto daba una seguridad total, Javi Gordo era un manojo de nervios. Dos fallos consecutivos –el primero tras una dejada que se le colaba entre las piernas y la segunda en un balón por alto que dejó suelto– del portero verdiblanco pudieron costarle muy caro a su equipo.

Pidió penalti Vila cuando en un gran movimiento en el área era agarrado por los centrales. El agarrón fue claro, no lo vio así el colegiado, que pidió seguir. Ysiguió el Real Ávila, que en una gran acción de Mayorga –minuto 80– pudo poner el tercero con un disparo ajustado al palo. Gordo despejaba a córner. Poco después Ortiz ‘acariciaba’ la pelota para ver cómo su disparo se marchaba fuera pegado al palo.

Pudo hacer el tercero el equipo encarnado pero haría el primero la Cebrereña. Una mala salida de balón y un robo de Terleira entre los centrales rompian la buena racha de los encarnados, que caminaba hacia los ocho partidos seguidos sin recibir un gol.Recuperó el ‘9’ y se la regaló a Víctor, que hacia el 2-1 en el mano a mano con Alberto. Se acabó la racha y se acabó el derbi, de nuevo en manos del Ávila.

 

Jonathan Prado

«Hacer un gol pronto nos ha abierto el partido»

«La primera parte no hemos estado nada bien, la segunda hemos sabido leerla.Lástima la relajación del final que nos ha costado un gol. En el descanso hemos comentado la necesidad de leer bien el partido.Hemos querido tener el control del partido pero sin profundidad. Nos estábamos durmiendo nosotros, cometiendo una gran cantidad de errores. Nosotros hemos jugado igual antes y después de la expulsión. Ellos han mantenido su línea de cinco y cada uno hace su partido.Lo que está claro es que cuando vas ganando 2-0 quieres que pasen los minutos sabiendo que vas a tener alguna. No hemos querido exponer atrás. Alberto no ha tenido paradas, sólo un centro lateral. Me esperaba esta Cebrereña. El gol pronto nos ha abierto el partido y lástima que en esa primera parte no hayamos dado un empujón más».

 

Pepe García

«No hemos podido ejecutar nuestro plan»

«No hemos podido ejecutar nuestro plan. Nos hemos encontrado con muchas circunstancias que nos han hecho salirnos del partido. Pero cuando peor estaba para nosotros es cuando hemos sido capaces de tener el balón, darle sentido al juego. La expulsión de Súper ha llegado cuando mejor estábamos, con el Ávila prácticamente maniatado y pensando en dar un paso hacia adelante para ir hacia el contrario.Son dos goles eludibles. Ellos han tenido el control del juego pero no del partido, que ha quedado condicionado por la expulsión de Súper, a la que no encuentro ningún sentido.Los futbolistas lo han dado todo hasta el final».