Ganas de calle en el día de la fiesta del patrón

I.Camarero Jiménez
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Los abulenses demostraron desde primera hora de la mañana de este 2 de mayo que necesitaban abandonar el desconfinamiento y por fin respirar aire puro, sobre todo los que no habían podido hacerlo hasta ahora

Ganas de calle en el día de la fiesta del patrón

Había ganas, muchas, añoranza de calle, de sol, de dosis de vitamina D y encima el tiempo acompañó en estos primeros compases de la desescalada y muchos abulenses, los deportistas y paseantes habituales, no dudaron en madrugar y buscar su anhelada ruta. Era lógico pensar que los pulmones de la ciudad, parques como El Soto o San Antonio, el de Los Patos, el Recreo iban a ser lugares concurridos y lo fueron, pero la gente iba a lo suyo, a disfrutar de su afición y de una naturaleza que se muestra inmensa porque las lluvias pasadas han hecho su efecto. Las imágenes de la belleza de El Soto en esta primavera, algunas de ellas publicadas en este periódico días atrás, han corrido como la pólvora y había que ser testigo de semejante recuperación natural. Lo importante era poder ir a comprobarlo. 

Ycomo decíamos en menor medida que El Soto, puesto que son más pequeños, el Recreo, el parque de Los Patos, San Antonio y su pinar cercano (aunque éste en obras) también están inmensos, de hecho los servicios municipales han estado trabajando poco a poco en el adecentamiento de estos últimos y empieza a mostrar su mejor cara también después de la lluvia (todavía queda trabajo de jardinería, todo hay que decirlo). Muchos de los vecinos de la zona Norte que acuden allí, sobre todo los mayores estaban deseando apropiarse de ‘su’ parcela. Algunos ya no están y se los echará en falta y muchos de sus compañeros de paseo, quizá, se enteren  de las ausencias cuando bajen a cumplir con lo que para ellos es una tradición. 

Y es que desde estas líneas también queremos concienciar de ese respeto a la norma, especialmente a la distancia de seguridad porque claramente el virus no se ha ido y hay que esquivarlo. 

Hay quien se aventuró a hacer rutas más largas, por los caminos verdes de la ciudad, hasta llegar a la presa de Fuentes Claras e incluso a los límites del término municipal porque es verdad que aunque el estado de alarma sigue, la norma se ha relajado bastante para los que más aguantan en la calle y más resistencia tienen para afrontar largas distancias, nada menos que de 6 a 10 horas podían estar los que son primeros en salir y también  los últimos en entrar pues de 20 a 23 horas también tienen vía libre. Por cierto que precisamente a las 20 horas se marcó un clarísimo punto de inflexión y es que la discreta salida de los abuelos de 19 a 20 horas dio el relevo a un grupo que salió en gran cantidad y se notó en demasía (de ahí que fuera el momento en que Diario de Ávila notó la mayor presencia policial)

Pero sigamos: frecuentados también entornos tan magníficos como el Paseo del Rastro ya provisto de sus sombras, el Grande, el Chico, el casco histórico en general y los alrededores de la Muralla para empezar el día pero sobretodo para cerrarlo. El camino hasta Carrefur fue por ejemplo estuvo muy concurrido do a eso de las 8 de la mañana, andando, corriendo o en bici. Tanto que una de las personas que estuvo allí nos cuenta que «mañana (por hoy) voy a cambiar la ruta». Aún así para ella el paseo fue «flipante» sin más. 

Lo entendemos además ha sido una de las personas que ha padecido recientemente el COVID-19 y su confinamiento ha sido mucho más estricto.

Como ella, en ese encierro, mal lo ha pasado María en su casa, estaba deseando salir porque además vive sola y, aunque sus 70 y muchos años y el obligado uso de bastón le impiden andar como le gustaría, agradece sobremanera el paseo. «Era una cuestión de salud mental». Los mayores, tenían menos tiempo pautado. Dos horas por la mañana y una por la tarde (de 10 a 12 y de 19 a 20 horas) pero para muchos era más que suficiente. El confinamiento pasa factura y aunque tuvieran que ir acompañados (por los que con ellos viven en casa, por cuidadores) o solos en algunos casos fue un soplo de aire fresco también ansiado y se notaba en sus rostros. 

Era, sin duda, el alivio, aunque muchos lo acometieron con miedo o como poco, con respeto. Tanto miedo tenían algunos que aún esperarán para salir y así nos lo cuenta una vecina con la que hablamos por la ventana desde nuestra casa:«Habrá que esperar a ver cómo va todo en los próximos días».

A quienes esta desescalada les ha quitado margen de tiempo para disfrutar de los juegos (en solitario o con hermanos o familia que viven en la misma casa) es a los niños a los menores de 14, pero poco parece importar a quienes, se puede decir, mejor han llevado el encierro.Todo es cuestión de educación y ellos aprenden como esponjas y se empapan de las normas. Ese 1 kilómetro, 1 hora al día, 1 adulto y 1 sola vez en una jornada lo tienen marcado a fuego. Y como ellos esa única vez, recuérdenlo, vale para todos los demás. 

Las calles llenas, a ratos, y despejadas, otros, pero desde luego con más vida que en días anteriores, en los 48 días previos.

El hecho de ser festivo ayudó a que no hubiera grandes aglomeraciones porque poco establecimiento abierto encontramos a nuestro paso y eso, quieran que no, ayuda a evitar concentraciones. Ahora bien fuimos muchos los que por fin pudimos acceder a eso que tanto ansiábamos, lo que echábamos de menos, lo que de un modo sencillo nos hace felices, aunque no nos hayamos dado cuenta hasta ahora. 

Piensen que hay gente aún confinada porque tiene síntomas o porque está en cuarentena por el virus, porque padece otra enfermedad, porque está ingresada...pero, sobre todo pensemos que muchos no lo pudieron disfrutar porque sencillamente ya no están. Así pues, nada de tomárselo a la ligera. 

Ypara recordarlo, el día anterior las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado ya clamaban y llamaban la atención sobre el sentido común, la responsabilidad de cada uno. 

Para los que no son capaces siempre está la otra vía, la que a buen seguro que policías (nacionales y locales, de paisano o de uniforme) y guardias civiles no quieren aplicar, la de la propuesta de sanción que aunque son las menos, siempre las hay. 

Este sábado el despliegue de seguridad fue mayor por la ciudad y de hecho lo anunciaron desde la cuenta de emergencias a primera hora de la mañana para que a nadie le pillara con el pie cambiado. Habrá que esperar para conocer cuántos apercibimientos y propuestas de sanción hubo, pero siempre hay alguno que ese pie lo saca del tiesto.

Y sobre todo habrá que prestar atención a lo ocurrido en los pueblos, pues en los de menos de 5.000 habitantes, que en Ávila son inmensa mayoría,más de 240 y, ahí sí, la responsabilidad de cada uno era fundamental.