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En la mañana del sábado el sonido de las gaitillas y tamboriles amenizaba el ambiente cerca del cerro de Gorría acompañando a la comitiva que trasladaba a la Virgen de Rihondo desde Benitos hasta su ermita. Una acción que se convierte en tradición ya que desde hace unos años tiene lugar esta original procesión que transcurre por el antiguo camino que comunica ambos lugares. Tras la misa de costumbre y procesión correspondiente alrededor de la ermita, tuvieron lugar los tradicionales bailes de la jota en honor a la Virgen y la tradicional subasta de banzos donde se puja para meter la imagen en la iglesia. La amenaza de lluvia hizo que este año fueran casi inexistentes las comidas campestres en este entorno privilegiado, aunque fueron numerosas las personas de toda la sierra que asistieron a la celebración. /Fotos: Vicente García.