Madrid, capital del clima

Javier Villahizán (SPC)
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España acogerá el próximo mes la reunión más trascendente para la lucha contra el cambio climático, la COP25, un encuentro que sentará las bases definitivas para la aplicación del Acuerdo de París

Madrid, capital del clima

España y en concreto Madrid se convertirán el próximo diciembre en el foco mundial contra el cambio climático y en el eje principal de actuación para intentar detener el aumento de los gases efecto invernadero y, en consecuencia, del aumento continuado de la temperatura en el planeta.  

Una vez que Chile renunciase la pasada semana a organizar la próxima Cumbre del Clima de Naciones Unidas, conocida como COP25, debido a los graves disturbios y problemas sociales que vive el país andino, el Gobierno español se erigió en garante de esta cita mundial, máxime cuando tiene lugar en un momento de especial relevancia para la activación definitiva del Acuerdo de París, el próximo enero.

Con este evento, el primero que organiza España de este nivel -anteriormente solo había acogido el Tratado Antártico-, el país será el encargado de preparar el terreno para que los Gobiernos presenten  unas contribuciones aún más ambiciosas que las actuales en materia de cambio climático.

La cumbre española será sumamente trascendente, ya que constituye el último encuentro para sustituir el Protocolo de Kioto (1997) y activar el Acuerdo de París, que se ratificó en 2015. Este tratado estará plenamente vigente el próximo enero y será el primer pacto mundial que vincule a los países firmantes, unos 200, en defensa del clima. 

Para desarrollar la cumbre, que tendrá lugar entre el 2 y el 13 de diciembre, España ofrece un espacio de 80.000 metros cuadrados en Ifema, que reunirá a unas 25.000 personas. El recinto contará con dos  espacios bien diferenciados: uno para reuniones y negociaciones oficiales de los representantes de las delegaciones de unos 200 países y otro para eventos paralelos organizados por ONG o grupos de científicos.

Cero emisiones

Uno de los puntos más importantes que desarrollará la cumbre de Madrid será intentar llegar a las emisiones cero de carbono en el horizonte de 2050.

Desde que nos levantamos por la mañana hasta que nos acostamos por la noche el ser humano está generando gases de efecto invernadero. Nuestros hábitos de consumo, la alimentación, la energía, los modos de transporte que usamos, el tipo de vivienda donde habitamos, la gestión de nuestros residuos… Todo emite CO2. Dado el peligro ya constatado del cambio climático, la cuestión está en emitir menos y ser más responsables con el planeta. Pero, ¿cómo se consigue ese objetivo nuclear para la Humanidad?

La Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático subraya tres vías de actuación para luchar de manera concluyente contra el aumento de CO2: reducir la quema de combustibles fósiles, intervenir en los transportes y vigilar la agricultura. 

De hecho, la ONU incide especialmente en la reducción al máximo de las emisiones de dióxido de carbono procedentes de la quema de combustibles, y apuesta por la captura del CO2 sobrante y su almacenamiento gracias a tecnologías nuevas. 

El transporte es otro de los focos de los gases de efecto invernadero, por eso la apuesta de las nuevas políticas va en la dirección de reducir los motores de combustión. El sistema de transporte puede ser electrificado en su totalidad, destacan los expertos, y también se puede incrementar la eficiencia para que los sistemas públicos se utilicen más y los coches particulares menos.

La agricultura y su cambio de uso, además de la deforestación, es la tercera pata de las emisiones de efecto invernadero.

El abordaje de estas problemáticas y la intención de ponerlas en marcha de forma clara y vehemente estarán encima de la mesa el próximo mes en Madrid, la última oportunidad para poner coto al cambio climático.