La recogida de tapones de Faema salva 240 toneladas

M.M.G.
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El servicio, que genera tres puestos de trabajo para personas con discapacidad, funciona en la capital abulense y en Arévalo, en este último caso gracias a la ayuda de la Guardia Civil

La recogida de tapones de Faema salva 240 toneladas

El servicio de recogida y gestión de tapones de plástico de Faema ha recogido a lo largo de los últimos seis años 240  toneladas de este material. Son, pues, 240 toneladas de plástico que han sido gestionadas de manera respetuosa con el medio ambiente. Pero, lo que es mejor, han generado tres puestos de trabajo para otras tantas personas con discapacidad.

A grandes líneas, estas son las cifras positivas que se desprenden de un servicio que conoce la mayoría de los abulenses y que pasa por la recogida selectiva de tapones en casa en primer lugar para, después, depositarlos en alguno de los muchos puntos de recogida que Faema tiene instalados por toda la ciudad.

Colegios, instituciones públicas, empresas, centros sanitarios... Muchos son los lugares en los que se pueden encontrar unos contenedores amarillos que llevan en funcionamiento desde el año 2013.

«El año pasado recogimos 60 toneladas de tapones», comienza a explicar a este diario Laura Miguelsanz, jefa de administración de Faema, que recuerda también cómo esa cifra no superaba las 12 toneladas en los primeros años de vida del programa.

Pero ahora, años después, la implicación de los abulenses ha hecho grande a un servicio que comenzó con un único trabajador y que ahora, como adelantábamos antes, ya cuenta con tres.

«Dos de ellos padecen una enfermedad mental y el tercero tiene una discapacidad física», apunta Laura, que nos explica que son ellos los que realizan rutas semanales para ir recogiendo los tapones depositados en los contenedores.

Esas rutas, por cierto, les llevan una vez cada tres semanas aproximadamente a Arévalo. Es la única localidad de la provincia a la que se desplazan. Y la razón es potente: allí, el cuartel de la Guardia Civil está tan implicado en la recogida de los tapones, que la cantidad que obtienen es tan elevada que compensa el viaje del equipo. De otra manera, desplazar a los trabajadores e invertir su tiempo y el dinero de la gasolina en un viaje no compensaría.

Pero Arévalo, recalca Laura, bien vale un viaje. «En Arévalo y Langa, además, se han instalado unos preciosos corazones para la recogida», presume la trabajadora de Faema. Son los miembros del cuartel de la Guardia Civil los de que de manera voluntaria se encargan de recoger esos tapones y después almacenarlos hasta la llegada de los trabajadores de Faema.

Una vez trasladados los tapones de Ávila capital y la Moraña al centro de Faema, estos son clasificados y trasladados a la planta de reciclaje. «Allí se pesan y los vendemos», aclara Laura. Y es con el dinero que se obtiene de las ventas como se logra mantener el servicio y los tres empleos que genera.

«Con esta actividad estamos demostrando que los centros especiales de empleo tenemos implantadas medidas que favorecen los Objetivos de Desarrollo Sostenible que se plasman en la Agenda 2030», apunta otro aspecto importante relacionado con la recogida.

De hecho, Faema Empleo (que en la actualidad cuenta con una plantilla de 22 trabajadores) está colaborando en un estudio nacional para demostrar, de form real y con mediciones de calidad, su aportación como empresa responsable a esos objetivos. Entre ellos, desde Faema destacan el fomento de la igualdad de género o la reducción de desigualdades.