'Delibes en bicicleta', una semblanza muy personal

SPC
-

El libro habla del Premio Cervantes como escritor, pero también como padre, periodista o catedrático, con su pasión ciclista como hilo conductor

'Delibes en bicicleta', una semblanza muy personal

Hace seis inviernos, Jesús Marchamalo y el ilustrador Antonio Santos decidieron iniciar de la mano de la editorial Nórdica Libros una colección de retratos de escritores que les interesaban. Desde entonces, en ediciones tan pequeñas como cuidadas, han publicado las semblanzas biográficas («en el sentido menos literal de la palabra y más literario», aclara Marchamalo) de Kafka, Pessoa, Karen Blixen, Virginia Woolf, Baroja y Stefan Zweig. La serie se amplía ahora con ‘Delibes en bicicleta’ (9,95 euros), un nuevo volumen que llegará a las librerías españolas mañana lunes, 20 de enero, donde recorren la vida y obra del escritor vallisoletano «de una manera muy emocional, muy personal y muy literaria».

El libro, explica Marchamalo, «habla de Delibes como escritor pero también como padre, esposo, periodista o catedrático». «Creo que es una buena manera de acercarnos a la personalidad y a la biografía de Miguel Delibes a través de estas pocas páginas», señala a Ical.

El madrileño (comisario de la gran exposición ‘Delibes 1920-2010’, que abrirá sus puertas en la Biblioteca Nacional de España el 20 de marzo, antes de viajar a Valladolid en septiembre) recuerda su primer encuentro con el autor de ‘El camino’, veinte años atrás. Tras alzarse con el Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes en su cuarta edición (1999), el galardón le brindó la oportunidad de compartir un café con él en su casa; el encuentro le «impactó mucho» y desde entonces mantuvieron correspondencia postal hasta el fallecimiento del Premio Cervantes, una década después.

Ahora, en pleno Año Delibes para conmemorar el primer centenario del nacimiento del escritor, aparece ‘Delibes en bicicleta’, donde Marchamalo toma la pasión por el ciclismo como hilo conductor, ya que tras analizar las exhaustivas biografías sobre el vallisoletano consideró que «la bicicleta hablaba mucho de él y contaba muchas cosas de su vida y de su manera de ser: Delibes y el aire libre, su relación con el campo, su amor por la naturaleza».

«Fue el escritor más leído de su tiempo, el más vendido y traducido, el más representado, el que disfrutó de más altos honores», relata Marchamalo, que culmina con las siguientes líneas: «Murió en su casa, en marzo, en la cama minúscula y estrecha de su cuarto, austero, y bajo la mirada benevolente de Walt Whitman -un grabado que le regaló Gregorio Prieto-, rodeado de sus hijos y nietos, que, desde entonces, cada año, en verano, sacan sus bicicletas y recorren los cien kilómetros que separan Sedano de Molledo-Portolín, recordando aquel viaje del abuelo, cuando no era más que un joven enamorado, delgado y cantarín, y su futuro, apenas una equis»