La crisis hace peligrar miles de empleos en el cuarto trimestre

Agencias
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Los rebrotes del coronavirus están lastrando las previsiones de recuperación económica en España e incrementando el número de personas que están perdiendo sus puestos de trabajo

Los jóvenes menores de 30 años y los mayores de 50 son los colectivos más numerosos en las oficinas de empleo.

La segunda oleada de contagios por coronavirus que se está viviendo en España en las últimas semanas este mes de septiembre está retrasando no solo la superación de la pandemia sino también la recuperación de la crisis económica. Las previsiones de un desarrollo en forma de V han quedado descartadas y todo parece indicar que la duración de la recesión agravará aún más el tejido productivo nacional.

El número de desempleados en España se situó al cierre del pasado agosto por encima de 3,8 millones, tras incrementarse en 29.780 personas más en los servicios de empleo (SEPE) y los datos de septiembre serán aún más pesimistas.

El miedo a perder sus empleos y la incertidumbre de los casi 800.000 trabajadores que aún están afectados por ERTE es mayúscula pese a las declaraciones de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que aseguró que se iban a prorrogar más allá del 30 de septiembre, aunque a dos días de su caducidad no hay acuerdo con los agentes sociales con quienes se reunen hoy para establecer que sectores van a focalizar estas medidas de ayuda de la prestación.

En este escenario, el director de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para España, Joaquín Nieto, ha afirmado que en España, aunque ha habido varios años de bonanza económica, no ha existido una recuperación social y cree que en este contexto es donde está el futuro del trabajo.

Nieto ha resaltado que la pandemia pasará, pero que la crisis económica se quedará. «El mundo venía arrastrando una crisis de la que todavía no se había repuesto y la COVID la ha agravado», ha recordado.

Se trata de un problema que afecta a todos los países y, en este sentido, la OIT prevé que se pierdan en el segundo semestre del año un total de 590 millones de empleos a tiempo completo en todo el mundo, lo que supondrá un descenso del 8,6% de las horas de trabajo en el cuarto trimestre (245 millones de empleos menos) y un descenso del 12,1% en el tercer trimestre (345 millones de empleos).

En la sexta edición del informe de la OIT sobre la COVID-19 y el mundo de trabajo, con estimaciones actualizadas, la organización indica que la pérdida de horas de trabajo conlleva un incremento de la inactividad y que el aumento de esta última es una de las principales consecuencias de la actual crisis laboral, «en la que es necesario hacer hincapié en el plano político».

España arrastra, desde hace décadas, una tasa de parados muy por encima de la que registra la media europea, prácticamente el doble y, pese a las medidas estructurales adoptadas por el Gobierno, entre las que se incluye la reforma laboral que aprobó el PP que presidía Mariano Rajoy, el panorama laboral nacional no ha sido capaz de solucionar este problema que se agrava especialmente entre los menores de 30 años y los mayores de 50 años.

La Organización Internacional del Trabajo ha instado al Ejecutivo a proteger a las personas y preservar su salud y a hacerlo desde el diálogo social para evitar una mayor destrucción de empleo. Nieto cree que hay muchos sectores que van a desaparecer en un futuro y otros van a experimentar cambios sin precedentes ante el importante retroceso del consumo. Además, ha subrayado que la generación joven es la que está pagando o va a pagar unas consecuencias más duras. «Es un drama que hay que resolver y que la economía española no se puede permitir», ha apostillado, tras destacar que la tasa de desempleo juvenil supera el 40% por lo que urge poner en marcha un nuevo programa de Garantía Juvenil.

«España no se lo puede permitir», ha subrayado, tras señalar que este nuevo programa debe hacer que a toda persona joven que lleve varios meses sin estudiar o trabajar, se le oferte un contrato de trabajo a una propuesta formativa».

Además, desde su punto de vista, es necesario que se invierta en las personas, pero también en las instituciones del trabajo, ya que considera que la clave en el futuro del trabajo pasa por organizar la transición hacia los cambios que se están produciendo.

 

Formación

El directivo ha hecho hincapié también en la importancia que tiene invertir en las personas y en fomentar su derecho a la formación a lo largo de toda su vida, sobre todo en lo que concierne a la digitalización y a los modernos sistemas productivos que requieren de trabajadores muy especializados que permiten una mayor competitividad y que aportan un valor añadido extra.

Para la Organización deben adoptarse «medidas de respuesta duraderas y eficaces» en el plano político para afrontar los retos más importantes, entre los que se encuentran armonizar y planificar las intervenciones en los planos sanitario, económico y social o velar por que las intervenciones en materia de políticas se mantengan en la justa medida y sean cada vez más eficaces y eficientes.

Asimismo, aboga por colmar decisiones en materia de incentivo fiscal para apoyar a los grupos más afectados o que se fomente el diálogo social como un mecanismo «eficaz» para emprender medidas de respuesta política y económica frente a la crisis.