El paisaje de la infancia de Patricia Caselles (Alcalá de Henares, 1988) fueron las cumbres de la Sierra de Gredos. No en vano, se crió en Zapardiel de la Ribera, jugó en sus calles y disfrutó de la libertad plena que sólo la vida en un pueblo brinda a los niños, una «suerte» que sin duda forjó su carácter porque, afirma, hizo de ella una persona muy empática. «En el pueblo te relacionas con todo el mundo, da igual la edad que tengas o a lo que te dediques», apunta. También atribuye a su infancia en el medio rural otras de sus señas de identidad: «El sentimiento de pertenencia y de comunidad, de ayudar y de trabajar en equipo», nos cuenta Patricia.

Quizá del apego a la naturaleza que marcó su niñez naciera una vocación que descubrió después de «reinventarme varias veces» a lo largo de su vida profesional, desarrollada en el ámbito del turismo, en el que se formó. Con 31 años, es la fundadora de Treevel Turismo Sostenible (www.treevel.es), «la primera consultora en turismo sostenible en Castilla y León», en la que ya tienen su puesto de trabajo cuatro personas y que le ha valido un premio que la distingue como «la segunda StartUp de emprendimiento de Castilla y León», explica Patricia Caselles, sin ocultar su orgullo.

¿Qué es lo primero que le viene a la cabeza sobre Ávila?

Historia.

¿ Qué es lo que más le gusta de Ávila?

Su Historia; me gusta el romanticismo que tiene cuando caminas por la ciudad, la tranquilidad, el olor a montaña cuando abres la ventana, ...

¿ Y lo que menos le gusta?

Determinadas barreras sociales, la resistencia al cambio.

Un lugar para perderse.

La Sierra de Gredos, que es donde me pierdo siempre desde que tengo uso de razón.

Un recuerdo de la infancia...

Algo que me ha marcado el carácter ha sido la convivencia con mis padres, con mi abuelo, con el ganado, con el huerto, ... Esa vida rural de verdad.

Un personaje abulense que le haya marcado.

La gente que más admiro de Ávila es la gente emprendedora que va al Observatorio Activo Ávila 1.131 con sueños, con ganas de desarrollar ideas.

El mayor cambio qué necesita Ávila es...

Yo creo que es mental. Es una ciudad con una infraestructura buena, que está bien situada, que tiene verde, que tiene buena gastronomía ... Pero aquí hay una barrera mental. Tenemos que ser más modernos, más frescos, más innovadores. Y por eso no se nos va a caer la Muralla, no se nos va a caer el hito de Santa Teresa ni el turismo dejará de venir. Conozco mucha gente que vive en Madrid, que no quiere seguir allí y que no puede venirse a Ávila y a mí eso me frustra porque yo sería mucho más feliz si esa gente viviese aquí. Esa es la mayor barrera, la resistencia al cambio.

¿Qué tiene que mantener?

Sus tradiciones, su Historia, su cultura, su gastronomía, su patrimonio. Hay que mantenerlo pero adaptándolo a las nuevas demandas.

¿Qué le parece Ávila hoy?

Mejor o, por lo menos, yo estoy conociendo una Ávila mejor.

¿Cómo ve la ciudad en el futuro?

Yo soy muy optimista. Me encantaría que Ávila fuera el Sillicon Valley de Castilla y León, que aquí estuvieran los emprendedores con ideas más innovadoras, cerquita de Madrid, con buena alimentación, cerca del campo, bicicletas, ... Así me imagino yo Ávila: como está, pero con un estilo de vida más innovador.

¿ Qué puede aportar usted a Ávila?

Puedo aportar un impulso hacia esos nuevos proyectos e iniciativas. Mi empresa trabaja con muchos tipos de ayuntamientos y asociaciones, yo tengo a la disposición de todos los ciudadanos abulenses mi formación y mi experiencia para que ésta sea una ciudad más moderna, más verde y que la gente envidie el estilo de vida que tenemos en Ávila. A mí me gustan los retos, el cambio y la innovación.