Entre la pandemia y la reivindicación

M.C.Sánchez-J.Villahizán (SPC)
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La sombra del coronavirus planea sobre una jornada en la que las movilizaciones masivas darán paso a otras alternativas, más reducidas y muy controladas, para mantener viva la lucha por la igualdad

Manifestación del Día de la Mujer de 2020 - Foto: Quique García

Aunque este 8-M no se repitan las multitudinarias manifestaciones de los últimos años, sí hay concentraciones autorizadas en todo el país, menos en Madrid, que fueron prohibidas el pasado jueves. «Salir a la calle no es negociable», afirman las organizaciones feministas. Y eso que la sombra del coronavirus planea sobre las movilizaciones por el Día Internacional de la Mujer, como ya ocurrió el pasado año. Por eso, los actos masivos darán paso a otras alternativas, para mantener viva la lucha por la igualdad, en un momento en que la crisis económica y social golpea aún con más dureza a las mujeres.

El Gobierno ha pedido que este 2021 se celebre y reivindique el feminismo «con voz alta y clara» pero con prudencia e imaginación, en una celebración distinta que no ponga en riesgo la seguridad y la salud de los ciudadanos. De hecho, la titular de Igualdad, Irene Montero, claudicó en su intención inicial de participar activamente en las marchas tras el rotundo y sonado «no ha lugar» de la ministra de Sanidad, Carolina Darias, al ser preguntada sobre la conveniencia de permitir estas concentraciones.

Así, las organizaciones feministas apuestan en esta ocasión por actos descentralizados y con aforos limitados, consensuados con las autoridades y con las recomendaciones sanitarias para garantizar que los eventos sean seguros. Esto pasa por potenciar las marchas en barrios y pueblos, las concentraciones reducidas y las acciones en balcones y espacios privados.

Representantes políticos y analistas de todo signo llevan días intercambiando argumentos a favor y en contra de unas movilizaciones que las organizaciones feministas consideran clave para continuar avanzando materia de igualdad. Estos colectivos tienen claro que sigue siendo crucial «ocupar el espacio público» y «salir a la calle» de algún modo, sobre todo después de que la pandemia mostrara y ahondara en «las brechas y las desigualdades», en especial en lo relativo a los cuidados y las violencias hacia las mujeres, dos de los pilares de sus reivindicaciones.

Este 8-M tampoco será una convocatoria unitaria. La celebración feminista de este año llega, además, marcada por un clima de clara fractura social y política en torno a la legislación de algunos temas esenciales en materia de igualdad. Desde la llamada ley del solo sí es sí hasta la denominada ley trans, pasando por la Ley de Igualdad de Trato o la Ley LGTBI, la agenda legislativa ha estado marcada en el último año por intensos debates que han hecho aflorar sensibilidades y aproximaciones jurídicas muy diferentes no solo entre los partidos progresistas y los conservadores, sino también dentro del Gabinete de coalición.

 

Un Madrid sin actos

La Comisión 8-M había convocado cuatro manifestaciones en las principales plazas del centro de Madrid para celebrar el Día de la Mujer. Se había fijado el límite de cada marcha en 500 personas, que es el umbral máximo permitido en el contexto de pandemia. Sin embargo, la Subdelegación del Gobierno decidió finalmente prohibirlas por razones sanitarias, al igual que las que estaba previsto celebrar también en barrios y pueblos.

Esta postura fue duramente criticada por los principales organizadores de las iniciativas, el movimiento 8-M a nivel nacional, que, pese al revés sufrido en la capital, optó por mantener las convocatorias planteadas en hasta 11 ciudades de todo el país, como Bilbao, Valencia, Sevilla, Valladolid, Orense y Albacete, entre otras.

Con Madrid fuera del tablero, Barcelona será el centro neurálgico de la celebración.Allí, Vaga Feminista convoca lo que denomina una «manifestación estática», y a la que podrán acudir hasta 3.500 personas, que se celebrará a las 18:30 horas bajo el lema Juntas, diversas y rebeldes. Juntas imparables.

Las organizadoras explican que el acto tendrá aforo limitado y cumplirá todas las medidas de seguridad, ya que para poder asistir será necesario inscribirse previamente por internet. La concentración se distribuirá en ocho tramos con una capacidad de 450 personas cada uno entre la Gran Vía y la avenida Diagonal.

A esta iniciativa se sumarán, a lo largo de todos los días previos, movilizaciones descentralizadas en varias localidades de Cataluña.

De la misma manera que en la Ciudad Condal, la Coordinadora Feminista de Valencia ha descartado convocar una huelga el 8-M debido a la emergencia sanitaria actual. No obstante, celebrarán la jornada con un acto virtual titulado Feminismo, la fuerza de las mujeres que se retransmitirá en directo por Youtube, y que pretende plasmar las cuatro olas del feminismo.

Donde si que se mantendrán las convocatorias de huelga general será en Andalucía, Cataluña, Aragón y Galicia, así como en la provincia de Alicante.

Frente a los actos presenciales, el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades (IMIO) organiza un programa de actividades online bajo el lema Por ser mujeres. España Feminista. Una iniciativa que se suma a los llamamientos en un 2021 de pandemia a reivindicar el 8-M con banderas en los balcones y pañuelos morados.