Como toda expresión artística, el circo es un género en constante movimiento que busca expandir sus horizontes y desarrollar las técnicas ya creadas para conseguir dar a luz a nuevas formas de expresión. El monasterio de Santa Ana, dentro del Festival Cir&Co, acogió en la mañana del sábado la sección, XXI-RCO, nueva en el festival, en la que se ha pretendido visivilizar las nueva vanguardia circense con la intención de «mostrar a los creadores que están traspasando los lenguajes del circo actual», según ha explicado Donald Lehn, presidente de la Federación Europea de Escuelas de Circo y engargado de seleccionar las obras para esta sección.
Las compañías elegidas para llevar a cabo su representación en el monasterio de Santa Ana han sido tres: Dikothomia, con su obra ‘[É,GO]’, Gracie May & Christian Fierro, que han puesto en escena ‘Fling’, y Punto Cero, que ha representado la obra ‘Fragmentada’.
La capilla del monasterio estaba hasta los topes de vecinos y visitantes con curiosidad por ver qué es lo que se está investigando en las nuevas técnicas de circo. Para comenzar, Endika Salazar ha representado ‘[É.GO], obra íntegramente desarrollada mediante el malabarismo y la danza en la que un hombre se enfrenta a su yo interior y lucha contra su feminidad. Quizá ha sido la obra más abstracta y difícil de entender –el escenario no ayudaba, ya que, desde las últimas filas no era posible contemplar bien la actuación–, pero la técnica malabarista y la danza tradicional vasca estaban ejecutados con mimo y perfección.
Tras la actuación de Dikothomia, ha sido el turno de May & Fierro. ‘Fling’ es un espectáculo frenético, en el que los artistas no paran de brincar y de sudar. Mediante la mezcla de música y de las técnicas del hula hoop y la acrobacia, May & Fierro han creado un espectáculo «abierto a la interpretación», según han explicado los propios creadores, en el que la locura y la dificultad de las relaciones entre los seres humanos parecen ser el tema principal.
Finalmente, Punto Cero ha presentado ‘Fragmentada’, original propuesta –aunque este calificativo se le puede poner a las tres representaciones– en la que la artista Zenaida Alcalde lleva a cabo una reflexión sobre el estado de una persona cuando se encuentra perdida y rota por dentro. Mediante la acrobacia aérea y ayudada por audios, interaacciones con el público y un interesante juego de espejos para mostrar el peso del yo y las diferentes caras que este puede adoptar, Alcalde pone en escena un espectáculo con mucho poso para meditar.
Si alguna pega hubiera que poner, quizá sea que la capilla del monasterio de Santa Ana no era el lugar idóneo para celebrar estas representaciones, ya que la dificultad para ver y oír a los artistas en escena desde la última mitad de los asientos era notoria. Sin embargo, la selección de obras ha sido realmente interesante y pone sobre el foco una nueva sección de Cir&Co que esperemos se repita en las próximas ediciones.