Un punto que sabe a muy poco

D.C
-

El Real Ávila se tiene que conformar con un nuevo empate, en este caso con un penalti polémico en el minuto 96 del partido

Un punto que sabe a muy poco - Foto: Jesus F. Salvadores

Desde luego no está siendo el inicio de temporada soñado por el Real Ávila. Al extraño partido contra el Burgos en la primera jornada, se sumó este sábado otro empate polémico. Los de Jonathan Prado pagaron cara su falta de ambición y cayeron en el final con una jugada muy discutible. Dos partidos que hacen saltar las primeras alarmas sobre el equipo capitalino. 

Los primeros minutos fueron de dominio alterno entre dos equipos que querían hacer valer sus argumentos. El Júpiter trataba de mandar mediante el juego combinativo y las acciones por la banda. Enfrente, los abulenses tiraban de presencia física y presión alta. En el inicio del guión arrancó mejor la Locomotora. El once de Jonathan Prado encerró en su campo a una Cultural cuya imagen nada tenía que ver con la de hace siete días frente al Atlético Astorga. 

La primera ocasión la tuvo Rafa tras un córner que no acertó a rematar. Acto seguido en filial blanquillo pagó muy cara su bisoñez y estilo de juego. Una pérdida de balón en campo propio que aprovechó Rúo para encarar el área, cruzar al segundo palo y dinamitar el marcador. A continuación, lo volvió a intentar Manu Moreira ante una Cultural que acusaba el mazazo inicial. 

El equipo de Ramón González no era capaz de hacer pie en un partido en el que no se sentían cómodos. En la primera media hora tan solo una llegada de Christian sin mayores peligros. Muy poco bagage ofensivo para un conjunto que disfruta teniendo el balón. 

El Real Ávila tejía su maraña en el centro del campo, robaba y salía con precisión de cirujano sobre la meta defendida por Diego Rodríguez. Eran los mejores momentos de un conjunto encarnado que, sin embargo, no conseguía anotar el segundo. 

En los últimos quince minutos cambió el decorado. El filial culturalista hizo aterrizar el balón con Christian y Javi Álvarez como protagonistas. Así la primera ocasión de los locales fue en un cabezazo de Moha mal direccionado. Después fue Willy quién enfiló la portería sin lograr colocar las tablas. Por último, era también Christian que desde la parcela quién colocaba un centrochut atajado por un muy seguro Alberto. 

Los instantes finales sirvieron para que el Real Ávila retomase el protagonismo perdido con sendas oportunidades de Peli y Javi de Mesa. Fue una primer mitad con más llegadas que juego especialmente tras el gol inicial que permitió al Real Ávila jugar con la mirada siempre puesta en el retrovisor. 

La segunda parte comenzó con malos presagios para el equipo de la ciudad amurallada. Primero con la entrada de Damián por las molestias de Edu López que obligó al equipo recomponer su esquema. Después, el filial de la Cultural decidía hacerse con el mando del partido. Empujaban los jóvenes de Ramón González sobre una locomotora que por momentos parecía decidida a entregar balón y espacios. Los visitantes fiaban sus opciones de victoria a mantener su casillero a cero y encontrar alguna contra con peligro. Esa contra llegó a los diez minutos de juego. Un balón sobre largo sobre Rúo que dejó despistada a la defensa y al portero local. Sin embargo, el ayer goleador del Ávila pecó de exceso de egoísmo y cruzó la pelota demasiado cuando el portero se encontraba fuera de la meta. 

Acto seguido el propio Rúo fabricó una jugada individual que no aprovechó Jorge Sánchez dentro del área pequeña. Fue el único lunar de la soberbia actuación bordada por el centrocampista en la tarde de ayer. El ocho encarnado fue el perfecto maestro de orquesta generando mucho peligro y auxiliando a sus compañeros en la zona ofensiva. 

Pasado el ecuador del segundo acto, Ramón González decidió sacar toda al artillería. Primero entró Aarón, uno de los futbolistas más desequilibrantes de la categoría. Le siguió Tito como delantero centro, y a partir de ahí el Júpiter se hizo el dueño del partido, ayudado por la lesión primero de Peli y después de Damián. Ningún cambio de los tres realizando ayer por Jonathan Prado fue voluntario.

Los últimos compases del encuentro fueron ya un monólogo local con Christian, Javi y Aarón siempre de protagonistas. Primero la tuvo Aarón sin acertar con el disparo, después fue Javi Álvarez quien descerrajó un durísimo trallazo que repelió Alberto y por último la jugada fatídica del choque. Un balón al área de Javi con el consiguiente barullo acabó con un derribo de Percan. 

El lanzamiento desde los once metros lo ejecutó Aarón para dejar un punto en casa y la sensación más agria que dulce de los visitantes.