Arévalo celebra Las Angustias ensombrecida por la covid

D.C
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Suspendidas todas las actividades presenciales por las restricciones que impone la pandemia, entre ellas la procesión, solamente se celebraron cuatro misas, con aforo reducido, una de ellas presidida por el obispo

Arévalo celebra Las Angustias ensombrecida por la covid

La localidad de Arévalo celebró, con la intensidad habitual pero de forma muy restringida en lo presencial a consecuencia de las medidas de lucha contra la pandemia, su fiesta grande de la Virgen de las Angustias, una jornada habitualmente muy participativa en las calles que en este año se redujo a cuatro misas en la iglesia parroquial de Santo Domingo (a las 9,00, las 10,00, las 11,30 y las 19,00 horas), todas ellas con el aforo reducido.

La ‘misa mayor’, informa Ricardo Guerra, comenzaba a las 11,30 horas, «a puerta cerrada, con veinte personas, nueve mayordomos, la representación municipal con el alcalde y un concejal de cada grupo político, y cinco representantes de las cofradías de San Victorino, Vera Cruz, Virgen del Carmen, María Auxiliadora y La Caminanta». Al finalizar la misa «se estableció un circuito en la iglesia para las visitas, con una puerta de entrada y otra de salida, facilitando la visita de numerosos arevalenses»

 La misa presidida por el obispo de la Diócesis de Ávila, José María Gil Tamayo, el cual en su homilía ofreció un mensaje de esperanza, de agradecimiento «a tanta buena gente que está ayudando»,  de reivindicación de igualdad y de apoyo a los más necesitados, teniendo al covid-19 como referente constante. Comentó Gil Tamayo que «en la angustia del momento que vivimos podemos ver en el rostro de la virgen cómo se refleja la compasión», y tras recordar que «el virus mata» demandó la necesidad de «estar todos a una, porque esa es la gran puerta que se nos abre, la de la unión, la de la cohesión social», para de esa manera evitar o minimizar tantas «malas consecuencias de la pandemia, que se ven en los rostros de los más pobres, de quienes están en el desempleo, y por eso necesitamos fortalecer los lazos que nos unen, necesitamos estar todos a una». Acabó su sermón el obispo refiriéndose a la Virgen como «esa madre que en todas las familias aúna, y para ella el más importante no es quien tiene sino quien necesita, no hay lugar para el egoísmo, y eso es lo que este obispo pide en este tiempo de angustia a la Virgen de las Angustias».

Tras la misa, tristemente para los arevalenses y para los vecinos de localidades cercanas que llevan muchos años con la tradición de sumarse a la conmemoración de la Virgen de las Angustias, no hubo la habitual y multitudinaria procesión, no se celebraron los bailes regionales, no se desarrolló la siempre muy seguida subasta... lo que no faltó fue el emotivo repique de campanas posterior a la eucaristía.

Esa ausencia de actividad presencial, que no por esperada y acorde con la sensatez que desde hace meses ha suspendido cientos de celebraciones tradicionales religiosas y de otro tipo fue menos triste, se mitigó con la posibilidad de visualizar un vídeo realizado para la ocasión, quince minutos de imágenes fijas y en movimiento con las cuales se hizo memoria de cómo se ha celebrado esa ‘fiesta grande’ hasta el pasado año, justo un mes antes de que España entrase en el estado de alarma que cambió todo.