Un ocio nocturno con límites busca sobrevivir a largo plazo

B.M
-

Se reconoce la responsabilidad que están teniendo los clientes, que ahora reservan más. Respecto a las posibles pérdidas, mejor hablar a principios del próximo año

Un ocio nocturno con límites busca sobrevivir a largo plazo - Foto: David Castro

GALERÍA

Ocio nocturno

El ocio nocturno ha sido una de las actividades económicas que más tarde ha salido de las restricciones derivadas de la crisis del coronavirus. Es más, aún continúa con limitaciones, como se ve en el aforo o en el tema de las pistas de baile. Además es un sector en el que está la mirada puesta ante la posibilidad de rebrotes, como también sucede con los botellones o las reuniones familiares, aunque por el momento en Ávila se vive una situación de relativa tranquilidad sin que estén proliferando los nuevos casos y sin que estén vinculados a estas actividades

La propia consejera de Sanidad, Verónica Casado, afirmó recientemente en Ávila que aunque estarán muy atentos a lo que suceda, de momento no se toman otras decisiones en campos como puede ser el ocio porque «hasta ahora no estamos teniendo ningún caso vinculado al ocio nocturno». Si hubiera un repunte, ya se vería si se tiene que tomar alguna medida.

Esto no impide que este sector, impulsado por la situación actual y lo que pueda llegar, tenga que reflexionar sobre su futuro, para ver como adaptarse y reinventarse para ser parte de la llamada ‘nueva normalidad’. Por el momento, en Ávila ya tienen sus primeras conclusiones, que pasan por ser conscientes de que aquí los clientes están siendo muy responsables, que ahora reservan más que antes, que la seguridad y la higiene están garantizadas con las medidas necesarias y que los clientes pueden acudir con total confianza. Respecto a las pérdidas, prefieren esperar a principios del año porque ellos miran, sobre todo, a largo plazo.

Estas conclusiones son parte de la reflexión realizada desde locales de ocio nocturno en Ávila y trasmitida por representantes de tres de ellos. Se trata de José Luis Iglesias, de El Garito; Julio Jiménez, de La Oca, y  Sara Hernández, de Delicatessen,

Y aunque ellos son tres, lo hacen como parte de un grupo formado por 13 locales, lo que es una amplia representación del ocio nocturno abulense. Se trata de La Rúa, El Garito, Buda, La Castafiore, Amadeus, Básico, ComeCocos, Carpediemavila, La Rosa Negra, Blablabla, Stand By, La Oca y Café Teatro Delicatessen.

Explican que este tiempo que han pasado cerrados ha servido para pensar en cómo volver a empezar de nuevo la actividad y para emprender la labor de adaptación que ha sido necesaria. Se ha aprovechado, dice José Luis Iglesias, «para acondicionar los locales, adoptar las medidas de seguridad e higiene, esperando lo que pueda deparar». También con mucho cuidado con los aforos, uno de los condicionantes a los que se enfrentan, con un 30 por ciento para las discotecas y un 75 para los pubs. 

Esto ha llevado a la mayoría de los locales a poder abrir de nuevo sus puertas pero hay excepciones como el caso del ‘Deli’ que su intención es hacerlo en septiembre dependiendo de las condiciones y siempre «que no nos vuelvan a cerrar», asegura Sara Hernández. En su caso se hará esa apertura colocando mesas en lugares donde no las había y ocupando la pista de baile. Se va a dejar, por tanto, las mesas y taburetes que ya había durante la tarde, además de comprar nuevo mobiliario. Y todo porque se puede estar en las mesas y a su alrededor, «a lo mejor puedes moverte pero no puedes bailar» ya que no hay pista de baile. Una ventaja, dice, para quienes no les gusta bailar.

De loo que no quieren hablar es de pérdidas, al menos en este momento, aunque es evidente que en el tiempo cerrados «es dinero que no has ingresado» y ha habido alquileres y gastos. Pero como su intención es sobrevivir a largo plazo, creen que es algo que «habrá que valorar a 1 de enero de 2021». Y aún así, insisten que en su caso más que como una pérdida se valora como en «una pausa en la que tienes que pensar en invertir este tiempo en el futuro. Aunque parezca que estás cerrado, sin trabajar, la verdad es que viene bien este parón a los locales para un descanso de gente, personal, ideas, buscar una nueva fórmula». En definitiva, «reinventarse», porque muchos de ellos llevan más de 20 años «y la mayoría queremos seguir otros 20. Esto es a largo plazo».

Respecto a como les afecta la nueva normativa, para ellos lo más esencial es el límite de aforo y también los cambios en el control de la higiene, aunque cuentan con la ventaja de que el público está acostumbrado y predispuesto. Por ejemplo, la gente solicita el uso de gel y antes de coger una silla o mesa, pregunta y espera «pacientemente». Y esto lleva también a cambios en el comportamiento, como que ahora «reservan muchas más mesas, te llaman». Y esto lleva a que todo esté «más organizado y eficiente», que es la parte positiva que se puede encontrar en todo lo que se está pasando.

Es por ello que desde estos locales de ocio nocturno solo tienen palabras de agradecimiento para sus clientes, que aseguran que se están comportando de forma educada y concienciados. «No sueles tener problemas ni con los hidrogeles, ni con las mascarillas ni con las distancias de seguridad», afirman, ni tampoco cuando toca esperar.

Otra ventaja que encuentran en la nueva situación es la posibilidad de ofrecer un «servicio más personalizado», que se ve en aspectos como acompañar a la gente a sentarse, llevar la comida o bebida», todo el trabajo que hace el camarero que es más «personal y cercano al cliente». 

Pero en esta llamada nueva normalidad también hay que ver como se va a ver afectada la capacidad de atraer gente, que en verano afecta al tema de interiores, aunque también es cierto que creen que se está viviendo un periodo estival «atípico, la gente no se ha ido a las fiestas de los pueblos, no ha habido casetas». 

Así lo ve el representante de El Garito, que señala que ahora hay más gente pero que realmente habrá que ver qué sucede a partir de septiembre dado que «el 90 por ciento de los bares de Ávila somos bares de invierno, sobre todo el de copas, nos afectará, pero en mayor o menor parte el futuro dirá. Pero se notará».

Y se espera bajada pero, sobre todo, ya la tienen con la limitación de aforo. Y es ese control otro punto que no pueden descuidar este tipo de locales, aunque tampoco están teniendo muchas dificultades para llevarlo a cabo. Es un control «manual», dicen, aunque lo hacen en referencia a que para ello está el personal. Si hay mesas, está cubierto, y si no, se va contando para asegurarse que siempre se esté cumpliendo la normativa. Y en ello contribuye que «la gente se está portando ejemplar» casi con disculpas al no poder entrar porque se entiende «que no es responsabilidad nuestra que no tengamos más aforo. El aforo disponible es inferior a la afluencia de gente que hay» y de ahí el problema de que haya gente que se tiene que quedar fuera. Y es aquí donde se sitúa el punto clave de las reservas dado que los clientes lo que están haciendo pare evitarlo es anticiparse y reservar. Es una llamada de teléfono y «tienen asignado un sitio y se evitan hacer cola».

Y eso que ahora estamos en verano y hay más uso de las terrazas. Después vendrá el invierno cuando «será más la gente que se tenga que quedar fuera». Será cuando venga más gente.

En lo que no han tenido problemas es con los ertes, aunque ahora ya con gente trabajando gracias a la vuelta a la actividad. En estos establecimientos trabajan casi 75 personas.

Lo que sí se quiere dejar claro es que ahora el ocio nocturno es una opción viable, con las medidas de seguridad e higiene, y es en este contexto en el que se puede «animar a la gente a que siga confiando en los bares de noche. Que tengan la total confianza de que en cualquier establecimiento se están cumpliendo todas las medidas y que estamos trabajando para que cada día sea mejor».