El Mercado Medieval echa a andar con un espectacular desfile

M.M.G.
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El comienzo de la XXIII edición del Mercado de las Tres Culturas, segunda con Interés Turística Regional, sorprendió a sus primeros visitantes con un llamativo desfile que incluyó numerosos animales

El Mercado Medieval echa a andar con un espectacular desfile

Había ganas, muchas ganas de que sonara el pistoletazo de salida de una nueva edición del Mercado de las Tres Culturas. Las Jornadas Medievales de Ávila arrancaron este viernes su edición número 23 (segunda en la que pueden presumir de contar con el distintivo de Interés Turístico Regional) en una mañana fresca pero soleada, de la que disfrutaron los centenares de personas que antes de media mañana ya llenaban las calles del casco histórico, curiosendo entre los puestos y esperando impacientes la salida del gran pasacalles inaugural.

Un desfile que desde el primer momento sorprendió, y mucho, a todos los que lo disfrutaron en algún momento. Porque si bien todos los años este pasacalles encanta a todo el mundo, el de esta edición asombró por el gran despliegue de medios del mismo.

Puntual, a las doce del mediodía la comitiva partía del Episcopio en dirección a la plaza del Mercado Chico. Las encargadas de romper el hielo, dos geniales zancudas cantarinas que obligaban a levantar la vista. Pero sólo por unos segundos, porque detrás de ellas, un inmenso dragón verde pedía paso entre el gentío que se reunió en la plaza de la Catedral.

A patir de ese momento, decenas de actores, músicos, malabaristas y animales fueron sacando las sonrisas y las caras de admiración de todos los allí reunidos.Sobre todo, claro está, de los niños.

Ellos fueron los que más disfrutaron de un pasacalles en el que participaron no pocos animales. De hecho, la primera que se dejó ver fue una serpiente pitón en manos de una adivina.

Y cuando aún no se habían repuesto de su asombro, cuatro preciosos caballos guiados por otros tantos caballeros medievales causaron la admiración del público, que pudo disfrutar también de cerca del precioso plumaje de un precioso  búho real y que disfrutó de lo lindo con la gran familia de ocas que también se apuntó a la fiesta.

Así, poco a poco, y siempre con la música de gaitas y tambores de fondo, fueron saliendo todos los miembros de la comitiva.

Y todos cumplieron con creces su papel: el orco asustó, las bailarinas encandilaron con sus movimientos, los malabaristas sorprendieron con su pericia, y un curioso hombre-burro ponía la nota absurda del desfile.

Un desfile que el alcalde de Ávila, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, disfrutó desde la plaza del Mercado Chico. «Invito a todos los abulenses a que disfruten y participen activamente», aseguró el primer edil, que habló de «tres días de fiesta, de cultura y de historia» y que precisamente defendió la recuperación de esa historia «que todos debemos disfrutar y conocer!».

Acompañado de un buen número de concejales,Sánchez Cabrera acompañó al pasacalles hacia su destino final, la plaza del Corral de Campanas.

Hasta ese punto, los miembros de la comitiva, interactuando en todo momento con el público, fueron dejando estampas únicas y fotografías que seguro que se convierten en el mejor de los recuerdos de un mercado por el que ayer pudo verse, sobre todo, a abulenses encantados de poder disfrutar de los primeros compases del mismo sin las aglomeraciones que suelen producirse en algunos momentos del fin de semana.