Este miércoles quedó visto para sentencia en la Audiencia Provincial de Ávila el jucio contra F. O. L, vecino de El Hoyo de Pinares, al que el 3 de junio de 2017 agentes de la Guardia Civil le incautaron durante un registro quince bolsas de pequeño tamaño de una sustancia que posteriormente resultó ser cocaína. El acusado se enfrenta a cuatro años de cárcel por un delito contra la salud pública, si bien la defensa solicita la libre absolución y en el caso de que se tenga en cuenta la petición de culpa de la Fiscalía que se aplique la atenuante de toxicomanía.   

Los hechos, como explicaron durante le juicio tanto el acusado como los agentes que participaron en esta actuación, tuvieron lugar a las puertas de la casa del detenido y tras recibir la Guardia Civil una llamada en la que se alertaba de una discusión entre F. O. L y otra persona. Al llegar al lugar, los agentes encontraron al acusado saliendo de su casa «muy alterado» y portando un palo en la mano, sin que hubiera nadie más allí. Tras reducirle, en el registro los agentes localizaron en el bolsillo de su pantalón quince bolsitas con una sustancia que posteriormente se determinó que era cocaína.  

Durante su declaración, el acuasado reconoció los hechos pero negó que la droga incautada fuera para venta a terceros, asegurando que era para consumo propio. Es más, afirmó que por aquel entonces estaba pasando «una etapa de mi vida muy mala» y que por ese motivo empezó a consumir cocaína hasta el punto, afirmó, que consumía «dos o tres gramos diarios». De hecho, aseguró el acusado que las quince monodosis incautadas durante el registro realizado por los guardias civiles que se desplazaron hasta su casa tras la llamada de los vecinos alertando de la discusión eran para su consumo durante «aproximadamente una semana».

Una vez incautadas la droga, y tras los correspondientes análisis, la Guardia Civil determinó que se trataba de 8,5 gramos de cocaína, con un valor en el mercado de 19,87 euros por monodosis.  

Para el fiscal, que no modificó su petición de pena inicial, que sigue siendo de cuatro años de prisión, el hecho de que la cocaína estuviera distribuida en bolsas individuales es un «elemento fundamental» que demuestra que la droga estaba «en disposición de ser distribuida» ya que esta es, aseguró, «la forma idonea y habitual de venta».

«La finalidad era vender y distribuir la droga», aseguró el fiscal durante sus conclusiones en las que no obvió que el acusado salía de casa en el momento en el que los agentes se personaron en el lugar y que ya lo hacía portando las quince papelinas, con lo que «no se alcanza otra posibilidad que la de que salía a vender y a distribuir la sustancia». Es más, para la Fiscalía «los elementos probatorios dicen que el acusado portaba esa droga para la venta».

Tampoco modificó su petición de pena inicial la defensa, que solicita la libre absolución del acusado al entender que «la tenencia de esa sustancia era exclusivamente para autoconsumo» y que no hay pruebas de cargo que determinen que era para venta, ya que nadie le vio entregar droga a un tercero, no portaba dinero y el resgistro de su teléfono tampoco concluyó nada en ese sentido. Eso sí, el abogado de la defensa,  Eduardo Estevez, pidió que en el caso de que finalmente se declare culpable a su defendido se le aplique la atenuante de toxicomanía, «por la enfermedad que tenía», y la de dilaciones indebidas, ya el asunto, señaló, ha tardado más de tres años en tramitarse y enjuiciarse.