"El problema del agua en Ávila tiene fácil solución"

E.Carretero
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Profesor de la Escuela Politécnica Superior de Ávila y director del Grupo de Investigación del Agua (IGA), forma parte de la Mesa de Expertos creada por el Ayuntamiento de Ávila para buscar soluciones al problema de abastecimiento de la ciudad

"El problema del agua en Ávila tiene fácil solución" - Foto: David Castro

«El agua es el petróleo del siglo XXI». Así de claro lo tiene José Luis Molina González (Granada, 1980), profesor de la USAL y director del Grupo de Investigación IGA (Investigación y Gestión del Agua) que, integrado por un grupo interdisciplinar de profesionales, nació hace algo más de un año en la Escuela Politécnica Superior de Ávila y desde donde se están desarrollando proyectos muy interesantes, algunos ya en marcha y otros a la espera de financiación.

También titulado en Ciencias Ambientales y diplomado en Hidrogeología por la Universidad Politécnica de Cataluña, Molina estudió Ingeniería Civil en la USAL, especializándose en infraestructuras de gestión del agua. «He ido de Ciencias a las ingenierías. Ha sido una evolución bastante rara, no mayoritaria, y motivada por mi investigación y mi tesis doctoral, que realicé sobre gestión de acuíferos en el sureste español».

Este granadino, que tras una década en Ávila dice sentirse ya un abulense más, terminó su tesis doctoral, que realizó en el IGME y la Universidad de Granada, en el año 2009 y tras unos meses como profesor en la Universidad de Cádiz consiguió tres contratos postdoctorales para investigación «muy interesantes». Las ofertas, recuerda, le llegaron de la Universidad de Bristol (Reino Unido), del Geológico Danés, en Copenhague, y de la Universidad Nacional Australiana de Camberra, opción por la que finalmente se decantó. «Pude escoger y me fui al sitio más lejano. Fue una experiencia espectacular y de las que te marcan de por vida», dice al recordar el año y medio que estuvo al otro lado del mundo investigando sobre el comportamiento de las aguas subterráneas en la cuenca Murray Darling, la principal del país.

 

¿Qué es lo que más le gusta de vivir en Ávila?

Es una ciudad muy cómoda, donde todo está muy cerca. Eso permite aprovechar el tiempo lo máximo posible y hacer muchas cosas. En las ciudades medianas y grandes el transporte es una locura, un problema que en Ávila no exite. En ese sentido, vivir aquí es un lujo.

¿Y lo que menos le gusta?

El despoblamiento y el aislamiento; eso es duro, y más para un andaluz.

Un lugar para perderse.

El Soto es un sitio que me gusta mucho, al lado del Adaja, yo que soy de ríos. Y en el centro de la ciudad, el paseo del Rastro.

Un recuerdo de la infancia.

Me viene a la cabeza la Granada de los años 80, donde nací y crecí. Entonces nevaba mucho en la ciudad y recuerdo cuando quítabamos la nieve con mis amigos y mis padres. Ahora ya no nieva por el cambio climático y cuando lo hace en Ávila me acuerdo de aquellos momentos.

Un personaje abulense que le haya marcado.

Para mí, como aficionado al ciclismo, José María Jiménez ‘El Chava’. Era una máquina en lo suyo.

El mayor cambio que necesita Ávila es...

Industria tecnológica y puntera que hay en otros lugares y que sería muy beneficioso para la ciudad que se instalara también aquí.

¿Qué tiene que mantener?

Su riqueza natural, que es algo que no tiene por qué perderse aunque vengan empresas y se desarrolle más industria.

¿Qué le parece Ávila hoy?

Me parece que no ha cambiado mucho en relación a hace una década, cuando yo llegué aquí.

¿Cómo ve Ávila en el futuro?

Si se atrae talento, industria, tecnología e investigación y se apuesta por la ciudad le auguro buen futuro, más teniendo en cuenta la proximidad con Madrid. Su situación en el plano es muy buena, pero la población tiene que creérselo y apostar muy duro porque venga ese tipo de industria.

¿Qué puede aportar usted a Ávila?

A través del Grupo de investigación IGA, de Ingeniería de Gestión del Agua, estamos trabajando en transferencia de la investigación del know how al sector productivo, aparte de formación en ingenierías, que es sector muy tecnificado y con mucha empleabilidad, como profesores que somos.

 

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