La familia de Laura Luelmo pedirá prisión permanente

SPC
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La acusación particular solicitará la máxima pena para el autor confeso del crimen, que ya está a disposición judicial y sin el letrado que hasta ahora le representaba al renunciar este a su defensa

La familia de Laura Luelmo pedirá prisión permanente - Foto: Julián Pérez

La familia de Laura Luelmo, la joven profesora zamorana cuyo cadáver apareció el pasado lunes a las afueras de El Campillo (Huelva), y que ejercerá la acusación particular, aseguró ayer que, a tenor de los delitos que presumiblemente ha cometido Bernardo Montoya, el autor confeso del crimen, va a pedir para él la aplicación de la prisión permanente revisable. 

En declaraciones a los periodistas a su llegada a los juzgados de Valverde del Camino, la letrada que representa a los padres de la víctima, Patricia Catalina, aseguró que va a solicitar la prisión permanente revisable, que es la máxima pena privativa de libertad que existe en el Código Penal español. Se trata de una condena por tiempo indefinido y sujeta a revisiones que pueden servir para que el reo recupere la libertad. 

Catalina declinó a este respecto realizar más declaraciones al estar el caso bajo secreto de sumario, aunque agradeció, en nombre de la familia, el respeto mostrado. 

«Ahora mismo está todo secreto, en cuanto se levante podremos estudiar con la Fiscalía y presentar una acusación formal», remarcó. 

Por su parte, el abogado de Bernardo Montoya anunció que había  renunciado a su defensa.

Mientras, el autor confeso del asesinato de la joven pasó en la mañana de ayer a disposición judicial para comparecer por la muerte de la profesora zamorana, según confirmaron desde el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA). 

En cuanto al lugar de la comparecencia, no concretaron donde se va a producir esta toma de declaración, cuya investigación lleva la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Valverde del Camino. 

Montoya salió desde la Comandancia de Huelva, sobre las 9,15 horas, escoltado por dos agentes entre gritos de asesino por parte de unas 50 personas que lo esperaban en la puerta de la sede policial para increparlo.