Las 'chicas del cable' de las provincias

I. G. E.
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María Antonia Crespo destaca que en 1924 Telefónica dio a la mujer «prestigio social e independencia» con el trabajo de las telefonistas, una revolución que también llegó a capitales como Burgos, Salamanca o León

Las ‘chicas del cable’ de las provincias

En Telefónica tienen un programa de diversidad en el que hacen especial hincapié en el liderazgo femenino y en incorporar al talento de las mujeres. Pero no es algo nuevo, como destaca María Antonia Crespo, una de sus directivas, que presume de que «Telefónica siempre ha estado muy comprometida con el tema de la igualdad desde sus inicios, gracias a la figura de la telefonista, cuando sentó las bases de la mujer moderna». 

Las ‘chicas del cable’, como se conocen casi un siglo después gracias a la serie de Netflix, eran «una pieza clave en el entorno de la transformación empresarial que se estaba empezando a abrir gracias a las comunicaciones de Telefónica», apunta Crespo. Esa oportunidad laboral les dio «prestigio social e independencia». Y esa revolución no solo se quedó en la Gran Vía de Madrid, sino que también se extendió a las provincias. 

El archivo histórico fotográfico de Telefónica tiene imágenes de telefonistas trabajando o en sus salas de descanso de centrales en Burgos, León o Salamanca. El descanso era muy importante teniendo en cuenta el trabajo que realizaban, tal y como la compañía ya reconocía en su revista en 1925. «No es extraño que las telefonistas se cansen y es muy justo que se les procuren medios de salir, aunque sea por un espacio corto, pero agradable, de las responsabilidades del cuadro y se les dé una oportunidad de completo descanso», explicaba. Y es que ese descanso era necesario para que volviera a su puesto de trabajo para «atender a la infinidad de llamadas que se le hacen y a tratar con un público ansioso y a veces impaciente», indicaba la revista. 

Las ‘chicas del cable’ de las provinciasLas ‘chicas del cable’ de las provinciasPrensa y café o infusiones

En esas salas de descanso había prensa y se les servía café, té o tila. Y no solo había en grandes centros de trabajo, sino también en los más pequeños que había dispersos por las provincias. Además la compañía les garantizaba la asistencia médica. 

El puesto de telefonista no solo daba a las mujeres la posibilidad de tener un trabajo, sino que era un empleo muy diferente a los que tradicionalmente se limitaban a las mujeres y que estaban vinculados al campo o a las labores del hogar. Para ingresar en el puesto, tenían que superar varias pruebas de cultura general, de matemáticas, de dictado y lectura. 

Además, las mujeres telefonistas podían salir del círculo del hogar y de la familia y entablar relaciones de amistad con otras mujeres a las que conocían en su entorno laboral. Lo que ahora puede parecer algo muy común, era entonces toda una novedad.

Las ‘chicas del cable’ de las provincias
Las ‘chicas del cable’ de las provincias
Crespo habla con cariño de esas telefonistas que estuvieron trabajando para esta compañía durante casi todo el siglo XX. De hecho, señala que su suegra fue telefonista. Entre 2014 y 2015, Telefónica les dedicó una exposición en Madrid.