Julio Collado

Sostiene Pereira

Julio Collado


Polarización

18/10/2021

Sostiene Pereira que una de las cosas que más le llama la atención, al tiempo que le preocupa, es ese estado volcánico en el que se encuentra la sociedad actual. Un volcán que saca del interior de las personas lo peor como esos otros volcanes que, como el de La Palma, se llevan por delante la vida. Se habla de él como polarización. Dice el diccionario que "Polarización es el proceso por el cual en un conjunto se establecen características que determinan la aparición en él de dos o más zonas, los polos, que se consideran opuestos respecto a una cierta propiedad, quedando el conjunto en un estado llamado estado polarizado".
Al contrario que los polos terráqueos, que siempre están fríos, los polos políticos, sociales, religiosos o económicos arden en llamas a la mínima. ¿A qué se deberá este fenómeno tan irrespirable que, aunque viejo en la historia humana, se está convirtiendo hoy en peligrosa pandemia? Sospecha Pereira que una de las causas es el haber adelgazado tanto los mensajes que se han quedado en puros esqueletos, en mantras creados más para insultar que para razonar. Deben de creer los "asesores" políticos y muchos líderes (unos más que otros, es verdad) que las gentes del común no tienen formación para comprender las cuestiones complejas. Así es que lo mejor es lanzar cortos y flamígeros "latigazos" que sean tan aplaudidos por los "suyos", como rechazados visceralmente por los adversarios, considerados más bien como enemigos. 
El objetivo es llenar titulares. Así, se viralizará en las redes, estará en el debate y aparecerá en todas las tertulias. Para esa finalidad, lo que mejor funciona es lanzar al aire el problema del "sexo de los ángeles", o sea, aquellos conceptos que pronuncian con mayúsculas: IDENTIDAD, PATRIA, HONOR, LENGUA, LIBERTAD, UNIDAD, VIDA, SEPARATISMO, RELIGIÓN... Cualquier palabra GRANDE menos hablar de los problemas corrientes, los que no dejan dormir a muchos ciudadanos: vivienda, bajos salarios, paro, discriminación, desigualdad, enfermedad,  dependencia, soledad, despoblación, desesperanza juvenil… Mientras, el fraude fiscal de los ricos vuelve a la palestra descubierto por Los papeles de Pandora y muestra el peculiar patriotismo de los que usan las anteriores palabras grandes mirando primero su "cartera" y que ponen en peligro los Servicios Públicos, único remedio fiable de los males de los más desvalidos. 
Con estos mimbres, la Democracia se está convirtiendo en una actividad más simplona, más injusta y explosiva. Los dirigentes más "lanzados", esos que se autodenominan "los sin complejos" hasta para mentir, se hacen los más populares y, por ende, los más simples y peligrosos. La verdad es muy compleja y es amiga de la duda y, por tanto, del diálogo y del pacto. La mentira, tan endiosada estos días, sólo exige fe. Y seguir al caudillo frente a los enemigos. 
En esta tesitura, Pereira ha recordado Vida de don Quijote y Sancho (1905) de don Miguel de Unamuno y ha vuelto a leer estas palabras del primer capítulo de la obra: "En marcha, pues. Y ten en cuenta no se te metan en el sagrado escuadrón de los cruzados bachilleres, barberos, curas, canónigos o duques disfrazados de Sanchos. No importa que te pidan ínsulas; lo que debes hacer es expulsarlos en cuanto te pidan el itinerario de la marcha, en cuanto te hablen de programa, en cuanto te pregunten al oído, maliciosamente, que les digas hacia dónde cae el sepulcro. Sigue a la estrella. Y haz como el Caballero: endereza el entuerto que se te ponga delante. Ahora lo de ahora y aquí lo de aquí.
¡Poneos en marcha! ¿Que adónde vais? La estrella os lo dirá: ¡al sepulcro! ¿Qué vamos a hacer en el camino, mientras marchamos? ¿Qué? ¡Luchar! Luchar, y ¿cómo? ¿Cómo? 
¿Tropezáis con uno que miente?, gritarle a la cara: ¡mentira!, y ¡adelante! ¿Tropezáis con uno que roba?, gritarle: ¡ladrón!, y ¡adelante! ¿Tropezáis con uno que dice tonterías, a quien oye toda una muchedumbre con la boca abierta?, gritarles: ¡estúpidos!, y ¡adelante! ¡Adelante siempre!
¿Es que con eso —me dice uno a quien tú conoces y que ansía ser cruzado—, es que con eso se borra la mentira, el ladronicio y la tontería del mundo? ¿Quién ha dicho que no? La más miserable de todas las miserias, la más repugnante y apestosa argucia de la cobardía es esa de decir que nada se adelanta con denunciar a un ladrón porque otros seguirán robando, que nada se logra con llamarle en su cara majadero al majadero, porque no por eso la majadería disminuirá en el mundo".