Premio nacional al CEIP 'San Esteban' por buenas prácticas

D.C
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Ha sido reconocido por el Ministerio de Educación por su proyecto 'Al compás de Ikigai', una inmersión en la cultura japonesa

Premio nacional al CEIP ‘San Esteban’ por buenas prácticas

El Colegio Público 'San Esteban' de Ávila ha sido galardonado con el primer premio a las buenas prácticas educativas convocado por el concedido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes del Estado Español, dentro de la modalidad de mejora del éxito educativo, por su proyecto 'Al compás de Ikigai', una iniciativa que en esencia significó la inmersión de toda la comunidad educativa en la cultura japonesa para ayudar a tener una vida más plena y sosegada.

'Al compás del Ikigai', han explicado desde la delegación territorial de la Junta en Ávila, es «una experiencia educativa que consiste en un viaje apasionante a la cultura japonesa para llegar al corazón de la riqueza personal de cada miembro de la comunidad educativa, haciendo de cada momento, un instante único que ha impactado fuertemente en todos ellos».

Marisol Martín Baeza, directora del colegio, explicó que «todos los cursos hacemos un proyecto innovador que movilice a todo el colegio, y el pasado año, cuando arrancamos  con la pandemia y esa situación tan difícil para todos, decidimos buscar algo que ayudase un poco a los niños a olvidar esa realidad y les hiciese más fácil disfrutar».

La idea de 'Al compás del Ikigai', siguió contando Marisol Martín, «nos vino un poco como una señal; mi compañera Eva Velayos y yo descubrimos un libro de Marcos Cartagena, un autor que habla del método Hagasaki (elaborado basándose en los secretos de Japón para lograr una vida larga y feliz), en el que él habla de los pilares fundamentales para vivir una vida más plena, más feliz, y a partir de ahí nació la idea de lo que queríamos hacer, la chispa».

La dinámica del proyecto fue que «una vez al mes trabajamos la efemérides del momento trasladándolo a Japón, por ejemplo en enero el Día de la Paz hicimos grullas y trabajamos con papel de origami, en carnaval convertimos el colegio en un gran escenario de lo que era Japón, en primavera tuvimos nuestros 'cerezos en flor' organizando un picnic y un concierto...», tareas que fue más fácil y gratificante hacer porque «tenemos la gran suerte de que todas las familias se implican mucho en lo que hacemos».

En todas esas actividades, apuntó la directora de San Esteban, «lo que hicimos fue trasladar el colegio a Japón, o traer Japón al colegio, de una manera muy real. La palabra Ikigai entró en nuestra vida, y aquí todos los niños, hasta los de tres años, les preguntas que qué significa Ikigai y ellos saben perfectamente que es un propósito de vida, por qué vienen al colegio, por qué vienen contentos…».

Gracias a estas actividades «conseguimos olvidarnos un poco de este ritmo tan acelerado que tenemos en esta sociedad, profundizar en nosotros mismos y darles a los niños cierta calma, con el objetivo también de que todo esto les repercutiera un poco a nivel curricular. Cuando tú estas más tranquilo estás más centrado, y sí notamos que cuando los niños iban a las tareas curriculares tenían otra atención, otra disposición».