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A Juan Carlos Yuste Jiménez le quedan todavía unos años como árbitro de fútbol, profesión en la que ha llegado a lo más alto, tanto en competiciones nacionales como internacionales. Pero él tiene muy claro de dónde viene, tanto que este domingo se emocionó viendo el campo de tierra  en el que están sus orígenes, en su pueblo. Desde este domingo, el campo en el que con tan solo diez años él nació "como árbitro" lleva su nombre por acuerdo del Pleno del Ayuntamiento de San Juan de la Nava, un reconocimiento que para él es "todo un orgullo", confesó, emocionado. Juan Carlos Yuste acude con frecuencia a su pueblo, sobre todo en verano, y pone su particular granito de arena a que las fiestas de la Virgen del Rosario sean más grandes si cabe. Es persona muy querida allí, por eso los vecinos le arroparon este domingo en un acto sencillo y entrañable al que tampoco faltó su otra gran familia: la de los árbitros, entre los que se encontraban nombres tan conocidos y reconocidos como el de Carlos Mejía Dávila, por citar solo alguno de los numerosos profesionales del arbitraje, tanto de primera como de segunda división que no han faltado al homenaje que sus paisanos rendían a Juan Carlos Yuste Jiménez. Tampoco faltó el que fuera portero del Real Madrid, Paco Buyo. Pese a lo desapacible de la mañana y a que la lluvia caída no contribuyó a que el campo estuviera en las mejores condiciones, tras el acto de homenaje y el descubrimiento de la placa se jugaron dos partidos de fútbol: uno de veteranos y otro de jóvenes, pitados ambos por árbitros profesionales, entre ellos Yolanda Parga, la primera española en arbitrar la final de un Mundial de Fútbol. Tampoco faltaron la música de la gaitilla ni las pastas y el vino dulce para caldear una mañana fría en lo meteorológico pero repleta de calor humano y de ganas de pasarlo bien. El resultado de los partidos fue lo de menos. Eso sí, Juan Carlos Yuste reivindicó su profesión: "Sin árbitros no hay fútbol", dijo bien alto. También hizo un guiño a la controvertida incorporación de la tecnología al mundo del arbitraje para terminar su discurso proclamando "Aquí no tenemos VAR", poco antes de vestirse de corto y de arbitrar sobre tierra "como hace 20 años, y sin ningún problema", aseguró.