Extraño día de Todos los Santos el  vivido  en la capital y en el resto de los cementerios de la provincia. El respeto,  silencio y la reducción considerable de visitantes respecto a otros años fueron las notas predominantes en todos los camposatos, donde no se produjeron incidente dignos de mención, al menos que hayan trascendido.

Las normas Covid dictaminadas por la Junta de Castilla y León en la Orden de 16 de octubre se cumplieron y en los cementerios se respetaron los criterios sanitarios que imponían una reducción considerable de las visitas y las que hubo respetaran escrupulosamente las normas de higiene y de separación.

En el caso concreto del  camposanto de Ávila capital  la norma de respetar el aforo de 250 personas se fue cumpliendo, controlado además en la puerta de entrada, por voluntarios de Protección Civil, que controlaban el número de personas que accedían al interior.

También la Policía Local de Ávila estuvo presente en el interior del recinto, controlando que no se fueran formando grupos mayores de seis personas.

Contrasta este día con días precedentes de Todos los Santos en este cementerio. De hecho, en años precedentes se hacía necesario la habilitación de cuatro espacios de  aparcamiento en las vías del interior. Durante la mañana solo fue habilitado uno de estos espacios, pero en realidad no hubiera hecho falta, porque sobraban plazas de aparcamiento, en especial en la zona del crematorio.

Por lo demás, el buen día invitó a muchos abulenses a acercarse andando al cementerio a llevar flores al camposanto capitalino.

Muchos abulenses habían optado por acercarse hasta el cementerio en días precedentes, por lo que ayer a primera hora eran muchos los que ya habían depositado y limpiado las tumbas de sus familiares y allegados.

Ayer, la verdad es que se podía hasta pasear por el camposanto y  contemplar las verdaderas obras de arte que hay talladas en las tumbas y en los panteones de este lugar. El día así lo invitaba y el paseo por estas calles hace reflexionar sobre la vida y la muerte. Ayer era un día propicio para ello. No había mucho público y no se produjeron las grandes concentraciones de personas que suelen producirse en estas fechas. Se respetó al máximo esta circunstancia, aunque hubo alguna pequeña excepción. 

Por lo demás, desde el Área de Servicios a la ciudad  del ayuntamiento se confirmó que no se registró ningún tipo de incidente en el recinto sagrado. No hubo aglomeraciones de gente y en ciertos momentos si que se llegó al aforo de las 250 personas, aunque la gran amplitud del cementerio hace que las personas se dispersen por las calles en las visitas a las tumbas de sus antepasados.

Castañas. Como manda la tradición, el puesto de castañas se instaló en uno de los laterales de la entrada. Una manera de mitigar la complicada situación de la familia de feriantes que tradicionalmente lleva este puesto, puesto que desde finales del pasado año llevan sin poder trabajar, como indicaron a este periódico. Junto a ellos también se encontraba la presidenta de la Asociación de Feriantes de Ávila, María del Pilar López Mahíllo, que refrendó punto por punto las dificultades adelantados por la familia de feriantes antes mencionada.  Reconoció en este sentido que llevan muchos meses sin poder trabajar y sin poder realizar ingresos, porque en este caso las familias que viven de  este sector únicamente los ingresos los reciben de este trabajo, que en estos momentos está totalmente paralizado. Sin embargo, según denuncia, al ser autónomos no reciben ayudas de ningún tipo, como otras empresas y trabajadores.