Los que ya somos de una generación sabemos que no hay     que exponerse bajo ningún concepto a que te den calabazas. Para saber esto y otras tantas cosas más, es importantísimo que te hayan dado calabazas alguna vez. Eso que ahora los cursis llaman educar en la "tolerancia de la frustración" que es otra chorrada cósmica cómo cuando te intentan explicar lo bueno que es para el sistema de los niños en la guardería que se pongan malos semana tras semanas porque aparte del conocimiento, se comparten los mocos. 
Esa supuesta tolerancia de la frustración supone que a los pequeños y a todos, un ser superior, o un ente superior (llámese como se llame) , y luego le cogen gusto y es un no parar en la vida;  es capaz de gestionar lo que nos debe frustrar o no. Yo por ser de Ávila sé que todo lo inevitable acaba sucediendo, de ahí la razón de lo inevitable. Prefiero que me frustren cuando no queda otro remedio, al final del todo. Y por arte de magia, cuando llega lo inevitable, pues no te sientes tan frustrado, lo aceptas mejor, porque era una de las soluciones finales. Lo otro, y lo siento por tanto aguafiestas, tiene que ver con frases del estilo "no lo intentes, no vales, ya te lo dije…" Nada que ver con las sabias frases de aquellos progenitores (cualquiera se atreve a poner Padre o Madre en un día como este), de "como pises el suelo recién fregado…" o "si no baja de esa piedra vas a regar el Rastro de…"que esas si que anticipaban una frustración cierta que además era el final del camino.
Por eso siento frustrar a los defensores de las calabazas, pero ya estamos en el final del proceso. Echaré muy de menos, como ya hace varios años, las castañas asadas, las oraciones compartidas, los buñuelos y los huesitos de santo. Una fiesta de la luz, que se instala sobre el viejo ritual celta del culto a las almas en pena y a los muertos y a los malotes. Por eso coinciden en el tiempo. No tiene que ver con las frases achispadas que se escuchan estos días de que celebrar Halloween es como si en Wisconsin celebrasen la Virgen de Sonsoles, o que Jesucristo no nació en Avila, que aparte de una irreverencia, es otra cosa mucho más profunda. Tiene que ver con la verdad. Tiene que ver con la luz y con las tinieblas y allá cada cuál con lo que quiera entender. 
Para mi, como digo, es mucho más profundo porque tiene que ver con algo que denomino la "cultura Clinex" que no se cuando se instaló, pero sí veo su perversión. Es una cultura Clínex de usar y tirar como los pañuelos de papel, pero de usar y tirar personas, experiencias, vivencias, hace que todos seamos totalmente prescindibles y que todo lo que hacemos en la vida, pues sea tan relativo, que al final todo es relativo, menos lo relativo que se convierte en absoluto e incuestionable, no sea que la liemos. Ya ven la perversión. 
Así encender una luz dentro de una calabaza con su significado ancestral o disfrazarse de cualquier cosa que sea un poco malvada con el efecto llamada que conlleva, parecería que no importa nada, que es inicuo. Yo ya se que las cosas inicuas no llevan nunca discusión. Nadie discute por el aire cuando se respira, si falta, ya es otra cosa. Por eso se que las calabazas tienen defensores, como que los niños y las niñas tienen pocos defensores. Y ya no digo la verdad que hace que te expongas y entonces partidarios de la verdad son como el salchichón, que a fuerza de quitarle rodajas te quedas con la cuerda. Y hoy sí que voy a citar a los que dicen que son partidarios de la verdad, y que de lo que hay que pedirles es que por favor no ayuden tan poco, porque no se puede estar en misa y replicando. La raíz de los problemas morales es siempre dicotómica, o si o no, pero no con tibieza. A fuerza de sincretismo veré una calabaza llena de buñuelos, sin que esto sea malo, pero tampoco inicuo. Y no se que tal se conservarán después de todo.
Un recuerdo para todos los familiares, para todos los familiares de los que asan castañas, las que los asaban aparte de vender helados en verano. Un recuerdo para todos aquellos que son necesarios en transmitir lo que de bueno y bello y sublime existe en todos.