Laura García Lucas gana el Premio Rey David de Poesía

E.Carretero
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Afincada en Madrid desde hace cuatro años y tras una década viviendo en París, la abulense se ha alzado con la primera edición de este galardón que convoca la red Iberoamericana de poetas y críticos literarios cristianos con el libro 'Vasija'

Laura García Lucas gana el Premio Rey David de Poesía

La abulense Laura García de Lucas se ha alzado con el Premio Rey David de Poesía Bíblica Iberoamericana convocado por Tiberiades, la red iberoamericana de poetas y críticos literarios cristianos,  por su libro Vasija, que ha sido uno de los doce trabajos de las 214 obras presentadas a la primera edición de este a este singular certamen. en el que participaron poetas de 25 países, y que, afirman sus organizadores, está «llamado a ser referencia ineludible en cuanto a la poesía escrita desde anclajes bíblicos».

García de Lucas, quien se presentó al concurso bajo el seudónimo Ruth Mara, realizó estudios de Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad de Valladolid, mientras que en Universidad de Sorbonne hizo un Máster de Management et Comunication Interculterelle, donde gozó de una beca y vivió en la Maison de Cambodge de la Ciudad Universitaria.

Sobre el libro ganador, Juan Carlos Martín Cobano, secretario general de la Tiberíades y uno de los miembros del jurado, ha destacado que «casi todo en el proceso de este Premio Rey David han sido agradables sorpresas, pero entre todos ellas ha destacado la novedad refrescante de una obra  como Vasija, con brillo y personalidad muy definidos, que desde su primer poema anunciaba algo distinto para la navegación por todas sus piezas. Tejer versos potentes, sencillos y sublimes con el aire de Levítico. Poesía clara y profunda, como agua de un proverbial pozo en la canícula de la búsqueda vital. Su claridad no es la de la explicación fácil, la de la enunciación directa, sino la de la luz, así como su música tiene más que ver con el hábitat del silencio que con los moldes sonoros».  

La ganadora, que hace cuatro años y tras vivir casi una década en París, regresó a Madrid, donde ha estudiado en la Escuela de Escritores y en la Fundación Centro de Poesía José Hierro, también ha coordinado el recital Semillas de Poesía y colabora con diferentes Clubs de Lectura con charlas sobre literatura francesa. «Volví buscando la luz del invierno y la escritura en mi lengua materna. Tengo escritos varios poemarios, aún sin descongelar, y de mi  niñez en Ávila recuerdo que helaba a menudo y que ya escribía poesía. Las dos cosas me siguen gustando por igual», asegura la abulense.

Para Alfredo Pérez Alencart, presidente del jurado, lo valioso de este resultado ha sido el «constatar que la poesía goza de muy buena salud, donde poetas jóvenes están escribiendo una obra muy madura, sedimentada en los versos perennes del Libros de los Libros. Se ha cumplido nuestros objetivos al convocar el premio; esto es, el alentar a que poetas de todas las edades vuelvan sus ojos ante la inmensa poesía contenida en la Biblia, abriendo así sus corazones y sus entendimientos al magma derivado del Amado galileo, Poeta mayor del Reino».

El jurado, presidido por el poeta Alfredo Pérez Alencart, profesor de la Universidad de Salamanca, e integrado por poetas, académicos y responsables de entidades culturales de España, Portugal y América Latina, también ha otorgado un accésit al ecuatoriano Luis Franco por el poemario Como  lirio entre cardos.