El Real Ávila pierde velocidad

A.S.G.
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Tras un inicio fulgurante con tres victorias consecutivas, la Segoviana y la Arandina frenan el impulso de los encarnados. Nuevo rival de entidad y de nuevo partido discreto de los de José Manuel Jimeno

El Real Ávila pierde velocidad - Foto: David Castro

Sobre la bocina. Salvó los muebles el Real Ávila ante la Arandina en el Adolfo Suárez en un choque que tuvo en contra demasiado tiempo y en el que tuvo que esperar hasta el 96’ para que un central, Carlos Pascual, salvara un punto con el que poder resoplar y evitar unas dudas que hubieran sido mayores de haber sumado la segunda derrota consecutiva de la temporada, ambas ante dos de los equipos llamados a compartir mesa y mantel con los encarnados en la lucha por el ascenso.Porque nadie duda, o al menos no debería hacerse a estas alturas de la temporada, de que el equipo del Adolfo Suárez estará en la pelea. Tiene crédito el equipo encarnado, mucho más si la discusión sobre su futuro se hace cuando ocupa la segunda posición. Sin embargo la derrota ante la Segoviana y el empate ante una Arandina que no ha tenido el inicio de curso esperado han servido para abrir el debate de hasta dónde llega el verdadero potencial del equipo de Jimeno.   

El cuadro encarnado inicio la temporada con paso fuerte. Lo que había venido haciendo en pretemporada lo confirmó en el arranque de curso con las victorias ante el Bupolsa (1-0), Almazán (3-1) y Burgos Promesas (2-0).Tres triunfos y la sensación, además, de que el equipo iba a más. Por ello se esperaba con ganas este tramo de calendario en el que rivales como la Segoviana, Arandina, Numancia B o Real Burgos, equipos todos ellos llamados a estar en la zona alta, se cruzaban y se cruzarán en el camino de los de José Manuel Jimeno. Había ganas de examinarse, de probarse ante equipos de entidad, dentro del equipo y fuera, en una afición con interés en saber hasta dónde puede dar un equipo que ilusionaba y sigue ilusionando pero que debe dar un paso adelante en las grandes tardes.

Si ante la Segoviana el equipo encarnado no llegó a tirar a puerta, ante la Arandina no demostró ser mejor. Sólo el empuje y las ganas de los últimos minutos sirvieron para igualar un duelo que bien podría haberse decantado del lado de los de Álex Izquierdo. Quería reconciliarse consigo mismo el equipo encarnado tras lo visto en La Albuera pero el duelo ante la Arandina no terminó de dejar un buen sabor de boca.  

El próximo domingo espera el Numancia B en el Francisco Ayuso a partir de las 15,45 horas. Una nueva prueba para un Real Ávila que debe volver a encontrar la velocidad de crucero.