Ante los elogios, cabeza fría. No quiere Borja Rubiato que la euforia se desate más allá de lo aconsejable, aunque lo cierto es que los chicos del Adolfo Suárez siguen haciendo méritos para ilusionar a la parroquia encarnada, que suma adeptos con el paso de las jornadas y la situación en la tabla de un equipo que soñó por momentos con acabar el fin de semana líder, algo que no ocurría desde la etapa de César Jiménez. Se lo impidió el Júpiter Leones, que mantiene con los encarnados un bonito pulso en la zona alta que ahora mismo queda muy lejos para equipos como la Arandina o Astorga, extrañamente en puestos de descenso, o que se ha alejado del foco para equipos como el Palencia, Guijuelo, Bembibre o Mirandés B, a los que la irregularidad de las últimas jornadas les ha distanciado. Volverán a verlo de cerca o incluso a ser los protagonistas, que nadie lo dude, pero de momento los encarnados son los actores principales en una función a la que aún la quedan muchos capítulos. «Cuando pase diciembre veremos.Mira el año pasado» recuerda un veterano. Sin embargo las sensaciones son muy diferentes. «Es el minuto 90 y seguimos corriendo». A nadie se le escapa que este equipo ha comenzado con hambre y tienen físico suficiente como para correr tras su presa.   

Ha dado con la tecla Borja Rubiato, que ha transformado la energía, la solidaridad y el compromiso de los encarnados en resultados. «El Real Ávila es un equipo que defiende muy fuerte e interpreta a la perfección las contras» dijo Tornadijo tras ser arrollado su Atlético Bembibre en el Adolfo Suárez. Una fórmula que volvió a funcionar ante unSalamanca B superado en todas las facetas del juego por los encarnados, cuyos números este curso nada tienen que ver con temporadas pasada. En seis partidos disputados, apenas han recibido tres goles. Hasta en cinco ocasiones han dejado la portería a cero, donde Christian ha conseguido echar el candado. Y si a los encarnados les faltó la puntería en los primeros envites, en los últimos tres partidos han logrado 10 goles, cinco de ellos de Espada, pichichi del equipo y máximo goleador del Grupo VIII.

Funciona, al menos de momento, la propuesta de Borja Rubiato, que parece haber dado con la tecla en un equipo cuyas actuaciones convencen por encima de resultados.