25 años dando ejemplo de escuela rural

Mayte Rodríguez
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El CRA Tomás Luis de Victoria, que forma a los alumnos de Sanchidrián, Maello, Adanero y Pajares de Adaja, cumple un cuarto de siglo y exhibe 500 fotografías que reflejan su andadura

25 años dando ejemplo de escuela rural

 

Cientos de niños se han formado en las aulas del Centro Rural Agrupado (CRA) Tomás Luis de Victoria a lo largo de los 25 años que han transcurrido desde su creación. Muchos de ellos protagonizan las fotografías que hasta final de curso pueden verse expuestas en la cabecera de ese centro, situada en Sanchidrián. Allí se celebró el viernes, como colofón a la semana cultural, un encuentro entre los 72 alumnos de las cuatro localidades que conforman el CRA (Maello, Adanero, Pajares de Adaja y Sanchidrián), acompañados por sus 16 maestros y por las familias que pudieron sumarse a la celebración. Esas fotografías, en la que algunos padres pudieron verse a sí mismos en su etapa escolar, dan fe del trabajo en clase -igual hoy que ayer-, pero también de la especial proximidad entre docentes y alumnos que marca el día a día en la escuela rural. Así lo destaca su directora, Cristina Benito, ya veterana después de quince años impartiendo clase en el medio rural. "Es una escuela muy directa, no solo con los niños, también entre los maestros y las familias, para mí la escuela rural es muy bonita precisamente por su cercanía", señala. El hecho de que niños de diferentes edades y ciclos educativos convivan en el aula y compartan tutor -una de las señas de identidad de las escuelas unitarias que forman CRAs como éste- supone una de las "ventajas" que ofrece la enseñanza en la escuela rural. "Favorece la autonomía de los niños porque saben que no puedes estar siempre pendiente de ellos, tienes que repartirte con el resto, también se fomenta la socialización porque a la hora de jugar saben que tienen que hacerlo a diferentes cosas, no solo lo que a ellos les gusta sino también a lo que prefieren sus compañeros más pequeños o más mayores", argumenta Cristina Benito, que por encima de todo subraya "la cercanía", que en definitiva es lo que marca las relaciones personales en los pueblos y que acaba trasladándose al aula de una forma completamente natural. Precisamente para que los alumnos de la escuela rural tengan la oportunidad de "convivir con niños de su edad" que en ocasiones no encuentran en su pueblo ni en su escuela, es habitual que los CRAs organicen encuentros trimestrales entre todos los alumnos. "En el primer trimestre del curso siempre hacemos una clase conjunta" para los niños matriculados en cada etapa educativa de todo el CRA. Y en el segundo trimestre suelen organizar un encuentro que cada curso se celebra en una localidad distinta y que este año fue en Adanero coincidiendo con el Carnaval. También se juntan todos en la excursión de final de curso, así como en otras actividades de animación a la lectura, teatro o de otra índole a las que acuden todos. "Y acabamos comprobando que, a base de coincidir en esos encuentros, los niños tienen ganas de verse y compartir ese tiempo", nos cuenta la directora del CRA Tomás Luis de Victoria. Después de 25 años de andadura el modelo está más que consolidado, así que funciona perfectamente. Es la cara de una moneda que también tiene su cruz: la pérdida de alumnos que ha sufrido el CRA Tomás Luis de Victoria como consecuencia "del descenso de población y la bajada de la natalidad" que afecta al medio rural. "El CRAempezó con nueve pueblos y ahora solo estamos cuatro", nos cuenta su directora. Por el camino se fueron quedando Mediana de Voltoya, Aldeavieja, Blascosancho, Gutierre-Muñoz y Espinosa de los Caballeros, cuyas escuelas fueron cerrando al mismo tiempo que por sus calles dejaban de corretear niños a diario. "En este CRA llegamos a tener más de 200 alumnos, ahora tenemos 72 y en dos de las escuela unitarias que lo forman -Pajares de Adaja y Maello- sólo hay ocho niños", lamenta su directora. Pese a todo, confía en que el CRA Tomás Luis de Victoria llegue a cumplir sus bodas de oro después de haber logrado llegar hasta aquí. Veinticinco años no se cumplen todos los días. Enhorabuena a todos.