Los valores de John Henry Newman entran en la UCAV

I.Camarero Jiménez
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Anglicano convertido al catolicismo, fue profesor de Oxford, canonizado y beatificado y ha sido elegido para bautizar una cátedra dirigida a la formación de un profesorado en pro de una educación 'personalizada' y dotada de espíritu crítico

Los valores de John Henry Newman entran en la UCAV

La Universidad Católica de Ávila (UCAV) dejó clara su admiración por la figura de John Henry Newman esta semana, de hecho acaba de presentar la Cátedra que lleva su nombre y que va dirigida especialmente al profesorado. Para ello se ha rodeado de un gran claustro y como director cuenta con el profesor José Raga, que a tenor de su intervención es otro claro admirador de Newman y su forma de ser y hacer. Creador de la universidad catolica en Inglaterra recordaron en la presentación su conversión del anglicanismo al catolicismo y también que fue beatificado y canonizado. Pero sobre todo han querido actualizar su figura y exportarla a esta universidad abulense por el concepto que Newman tenía de lo que realmente debía ser esta institución como el lugar en el que enseñar el saber universal teniendo en cuenta a la persona pero también al alma de cada alumno. Ese enseñar de corazón a corazón, de persona a persona.

Para presentar la cátedra estuvieron en rueda de prensa el delegado del periódico La Razón en Castilla y León Raúl Mata, el director de la cátedra, José Raga, la presidenta del Consejo Directivo de la UCAV, Lidia Jiménez y la rectora de la universidad católica, María del Rosario Sáez Yuguero. El director ponía en cierto modo en cuestión el camino que han tomado las universidades, más dirigidas a lograr la empleabilidad que a formar a la persona y se preguntaba si a día de hoy son capaces de atender ese cuerpo y esa alma. ¿Qué tiene que ver la universidad de hoy con la que conoció Newman en Oxford? dejaba en el aire. Además ¿es capaz de enseñar empleabilidad la universidad actual?Y un asunto más..., quienes la enseñan en ocasiones «no han sido empleados» puesto que -también apuntaba el profesor de la Complutense- se penaliza a los catedráticos a tiempo parcial primando a aquellos que están a tiempo completo. También ponía en valor que a la hora de lograr un empleo es importante que la persona sea capaz de razonar, de socializarse, de vivir en sociedad aportando fundamentaciones.

Para Raga era fundamental que la universidad fuera capaz de dejar huella en el alumno, en cada alumno, como en su día Newman lo hizo en Oxford (donde empezó como profesor a la edad de 21 años recordó) sin «reprender ni prohibir» y sí caminando con el alumno «un paso por delante» -decía- recordando el testimonio de uno de los pupilos de Newman. Confesa admiración de Raga pero también quedó clara la de Lydia Jiménez quien argumentó que la cátedra nacía por la necesidad de dotar de medios a la universidad y al profesorado para «generar pensamiento y sedimentando algunas ideas entre los profesores» que estimaba deben identificarse con el objeto de la universidad, ahora bien sin necesidad de profesar ni el mismo credo ni las mismas ideas pero sí la finalidad de la universidad.

Formar al profesorado para luego llegar a la formación integral del alumno. ¿Y por qué Newman? Porque entre otras cosas fue «un gran pensador que aspiraba a la verdad», muy importante en estos tiempos «de relativismo sofocante e ideologizado», decía. Fue un gran buscador de la verdad ante el relativismo social.

«Formar conciencias, sí, pero formatear, no» y sí dar herramientas y distinguir el bien del mal. «Puesto que todos somos diferentes -abundaba- debemos ser educados conforme a nuestra singularidad». 

La rectora por supuesto defendió la apuesta de Newman para esta cátedra con las cualidades de un hombre « santo, sabio, converso y quien buscó la verdad hasta encontrarla». Buscando la verdad, decía Sáez Yuguero, encontró el catolicismo. Yfue uno de los grandes impulsores de la universidad de Oxford «contribuyó a  que fue y es lo que es» hoy en día, «de las mejores del mundo». Así defendió que las universidades formen a la persona y el espíritu crítico, también otras materias, pero impregnándolas de ética.