"Ahora tengo menos miedo para afrontar cualquier cosa"

Juana Samanes
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Ferviente admirador. Desde niño sintió absoluta devoción por el cineasta Werner Herzog, al que dedica un especial homenaje en este poético documental

"Ahora tengo menos miedo para afrontar cualquier cosa"

El director Pablo Maqueda se suma a la lista de aquellos que han realizado una declaración de amor al cine. Lo ha hecho con un poético documental, Dear Werner, donde narra el viaje que realizó, a finales de 2019, en pleno invierno, recorriendo a pie la distancia que separa Múnich y París, emulando los pasos del cineasta alemán Werner Herzog (conocido por películas como Aguirre, la cólera de Dios o Fitzcarraldo), que lo describió en su libro Del caminar sobre hielo. Dear Werner se estrena el próximo 20 de noviembre

¿De dónde viene su fascinación por el cine de Herzog? 

Viene desde que era muy pequeño, porque fue uno de los primeros cineastas de autor que conocí y con él entendí lo que era tener una mirada de director y hablar con tus personajes. Siempre he sido muy curioso y su cine ha sido un poco mi faro.

¿Cómo surge la idea de hacer una película como esta?

Tiene su origen en las dificultades para sacar adelante una película en España por temas de financiación. Estaba harto de pedir permiso para hacer cine a productoras, exhibidoras o distribuidoras. Decidí que esta la iba a hacer yo, me lo iban a dar mis pies y mis ganas de lanzarme al camino. Por eso el libro de Herzog ha sido mi guía, porque es al que yo recurro cuando quiero inspirarme. Me encanta esa metáfora del cineasta caminando solo bajo el frío.

Usted ha puesto imágenes al libro del realizador Del caminar sobre el hielo. ¿Cuál fue el momento más duro de estos 828 kilómetros a pie?

Quizás no fue tan duro en lo físico como en lo anímico. El hecho de caminar en soledad, de intentar recorrer un camino sin saber si merece la pena para poder sacar una película. Y en lo físico un día que anduve 70 kilómetros y me destrocé las plantas de los pies, y no pude reemprender la marcha al día siguiente. 

Herzog lo hizo para intentar salvar la vida de su amiga Lotte Eisner. ¿Cuál ha sido su motivación?

Quería escribir una carta de amor a un cineasta que admiro. En estos tiempos que estamos tan interconectados no hablamos lo suficiente entre nosotros y solo hablamos de nuestro yo. Merece la pena echar la mirada al pasado y rendir un homenaje sentido a aquellos que te han hecho ser lo que eres. Yo siempre quise escribirle una carta a Herzog, y la idea de dedicarle una película fue más casual.

Supongo que Werner Herzog ha visto su documental. ¿Cuál ha sido su reacción ante este homenaje?

Él me ha comentado que lo que más le ha interesado es cómo a través de mí, hablo de él, y cómo yo, reflejándome en él, hablo de mí reflejando mis frustraciones como cineasta. El hecho de que alguien así haya apoyado mi película ha sido muy especial. Además, me ha aportado datos de su vida al guion. Paradójicamente, la pandemia ha hecho que, pese a la distancia, nuestra relación haya sido más personal. 

Ese viaje físico supongo que también le supuso uno emocional. 

Esta película me ha cambiado la vida. A día de hoy tengo mucho menos miedo a afrontar cualquier cosa, a nivel emocional y físico. El reto de enfrentarme a algo como esto, de salir de mi zona de confort, me ha transformado. En este viaje a pie y en soledad he vencido el miedo a la oscuridad, a lo desconocido, a pasar una noche a la intemperie. Y todo es gracias a las ganas de intentar hacer una gesta y llevar el cuerpo al límite. A día de hoy camino entre 20 y 25 kilómetros al día, porque me acostumbré cuando preparaba la película, seis meses antes, y tome la decisión de no utilizar el metro nunca más.