El presidente nacional de Vox Santiago Abascal llegó triunfal a un Ávila en el que fue recibido por más de un millar de personas en el centro de congresos y exposiciones Lienzo Norte. Triunfal pues fue recibido a la vez que arropado entre gritos de «presidente, presidente» y con ganas de decir «verdades».

Verdades como la «vergüenza» que le supone la sentencia sobre el procés recientemente conocida y ante la que mostraba su indignación al preguntarse si no estaba hecha «al gusto de Pedro Sánchez». Y es que la cuestión catalana fue hilo conductor durante gran parte del mitin que para Ávila había preparado -y del que no leyó una línea y de Cataluña dejó claro que para Vox «es, ha sido y será siempre española». 

Un Ávila que le recibió con los brazos abiertos, con vivas a España, a la Guardia Civil y ondeando las banderas del país  y que le hizo decir aquello de que «me habían dicho que en Ávila erais más fríos». 

Abascal se presenta como «alternativa política y patriótica"Retomando la cuestión catalana aseguró que las sentencias están para acatarlas pero también para criticarlas y en su caso «para recurrirlas»y anunció que este paso ya lo había dado Vox, que recordó a su vez que en el proceso se había presentado como acusación particular, por lo que no tendrán que desembolsar absolutamente nada pues sus abogados han ejercido el trabajo sólo «por amor a la patria». 

España y la política nacional movieron los hilos de esta intervención, pero no fueron los únicos pues viniendo en un día como el de ayer en el que la ciudad festejaba a su patrona, Santa Teresa, por supuesto ella salió a relucir y con ello la religión de la que son firmes defensores y como de ella, de la división de poderes, de la defensa de la Corona, de la vida, de nuestras raíces «de las que salen la libertad y la democracia» y también de las fronteras. Se presentó ante un auditorio rendido a la causa como la alternativa política de cara a los próximos comicios y también la alternativa patriótica que «nunca pactará con el PSOE».

En su discurso se centró especialmente en las críticas a Pedro Sánchez, a quien acusó  de estar obsesionado con el poder a cualquier precio. También tuvo palabras en torno a Podemos a los que acusó de contar en sus filas con el antiguo Partido Comunista.También tuvo palabras para Pablo Iglesias y se preguntaba que diferencia había «entre los muros de su mansión y los muros que hay que defender en Ceuta y Melilla». 

Para el PP y Ciudadanos también tuvo palabras y aplaudidas fueron cuando se refirió a la primera como «la derechita cobarde» y a la segunda como«la veletita naranja».

Ahondó en sus propuestas reales y en la necesidad de que hubiera referéndums que llegaran a toda la población para decir que se hace con la unidad de España y para plantear cuestiones verdaderamente importantes sobre la vuelta atrás de las transferencias en educación o sanidad, el qué hacer con la inmigración ilegal o con los asesinos y violadores y es que decía «votamos cada dos por tres pero cada vez elegimos menos». En definitiva su política prometió que será la de aplicar el sentido común.

Algo que estima no está haciendo Sánchez a quien prometió atacar durante la campaña con el «pasado criminal que hay tras las siglas del PSOE». Y al que acusó de generar «debates estériles» para dividir, además de criticar el traslado de los restos de Franco en  campaña electoral y defender que «a los muertos hay que respetarlos» y cuya exhumación se ha usado con fines políticos. Un PSOE al que cuando gobierna «le temen las instituciones», manifestó duramente.

A todos los presentes pidió Abascal no temer cuando les dicen que el voto para VOX no es un voto útil ya que defendió que él no está en representación de su circunscripción sino representando a todos y cada uno de los que le dieron su voto.