Riada de ceniza en el Picuezo tras la tormenta

J.M.M.
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Una pequeña tormenta que cayó a los pies del Pico Zapatero hizo que los peores presagios se cumpliesen, arrastrando el terreno calcinado por el incendio hasta el río Picuezo, que volvió a correr con fuerza, en dirección al río Adaja

Riada de ceniza en el Picuezo tras la tormenta

Los peores presagios se hicieron realidad con la primeras tormentas que cayeron en la tarde de este jueves en el Valle Amblés. Una pequeña tormenta que descargó a los pies del Pico Zapatero convirtió el río Picuezo, cuyo cauce estaba seco, en una riada de lodo que comenzó a correr antes de llegar a Riatas (anejo de Sotalbo) en dirección al río Adaja, al que desemboca en las inmediaciones de Niharra. Según pudo comprobar este periódico en la tarde de este jueves, la riada no llegó al río Adaja, y se fue diluyendo a medida que avanzaba el cauce del Picuezo.

La tormenta cayó en torno a las dos y veinte de la tarde a los pies del Pico Zapatero, en la zona conocida como Fuentes Frías, según narró el alcalde de Solosancho, Jesús Martín, también diputado de Desarrollo Rural, que recalcó que había sido una tormenta «de apenas unos minutos y que no descargó excesivamente, ha sido una tormentilla». Sin embargo, y dado que el terreno completamente calcinado no filtra el agua, empezó a discurrir con fuerza hacia los cauces arrastrando toda la ceniza y el lodo que encontró a su paso.

Ante esta situación, el alcalde de Solosancho no dudó en afirmar que «o se actúa de forma inmediata, o va a ser una catástrofe de mayores dimensiones incluso que el fuego» porque podría verse afectado el suministro de agua de todo el Valle Amblés y de los pueblos que se abastecen del río Adaja, a donde descarga el río Picuezo, pero que es una situación que se puede repetir si se suceden las tormentas en otros puntos de la Sierra de la Paramera, por donde discurren decenas de gargantas. 

Jesús Martín recordó que desde el primer momento ya habían advertido de que las consecuencias podían ser «terribles» tras el incendio para el abastecimiento de agua tanto para los seres humanos como para el ganado, ya que la situación puede ser «insoportable» si esos puntos de suministro que afectan no solo a los pueblos de la Sierra de la Paramera, sino también al Valle Amblés y a la Sierra de Ávila, incluso a otras comarcas por donde discurre el río Adaja y a las que también abastece, se ven afectados por ese lodo que ahora puede ser arrastrado cada vez que haya un episodio de lluvias o de tormentas.

De esta forma, el alcalde de Solosancho insistía en reclamar que se actúe de forma «inmediata» y, aunque reconoce que las soluciones son complicadas, ya se están adoptando distintas medidas en otros lugares que han sufrido catástrofes naturales de este tipo. Algunas de esas medidas, según explicó, llevan a contener el agua de las gargantas para lograr que se vaya filtrando paulatinamente sin que haya arrastres, o actuando en las zonas donde se llevan a cabo las captaciones de agua, cambiando las tomas para evitar que ese lodo llegue a esos puntos de suministro.