La consejera de Agricultura y Ganadería, Milagros Marcos, suscribió ayer dos convenios con las cuatro universidades públicas de Castilla y León, lo que permitirá crear una red de agentes de innovación rural y poner en marcha ‘agrobecas’, destinados al impulso de negocios vinculados a la bioeconomía en zonas rurales y retener talento y aprovechar el negocio capaz de generar riqueza, y que contarán con una dotación económica de 4,5 millones.
Con la red de agentes se busca convertir a las instituciones académicas en «aliadas estratégicas» para poner en marcha «actuaciones innovadoras» a través de proyectos piloto o desarrollar nuevos productos o procesos, según destacó la consejera. Las univesidades, que ya han comenzado la selección de 35 jóvenes, deberán constituir equipos de dinamización rural para promover el desarrollo de nuevos mercados, poner en contacto actores «idóneos» para esta labor, acompañar en la búsqueda de fuentes de financiación, priorizar el asesoramiento a emprendedores e impulsar acciones para desarrollar la bioeconomía.
Para ello, tendrán el cometido de realizar la prospección del territorio e identificar las necesidades, coordinar la ejecución del programa, seleccionar y contratar a los agentes de innovación rural necesarios, promover los proyectos o iniciativas, comunicar los resultados y compartir la información.
El segundo convenio pretende ajustar el talento a la demanda del sector agroalimentario, y para ello la Junta financiará los gastos para el desarrollo del programa ‘Agrobecas’, un Erasmus agrario que ofrecerá ayudas de hasta 30.000 euros.
Marcos explicó que se pretende ajustar la formación especializada a la demanda y destacó que los jóvenes tendrán garantizado un contrato laboral de entre seis y 12 meses.
universidades satisfechas. Los rectores mostraron su satisfacción por ambos convenios. Antonio Largo (UVA) consideró que cubren «buena parte del territorio» con sus campus en Palencia, Segovia, Soria y Valladolid porque el perfil demandado es muy amplio. Manuel Pérez (UBU) posicionó a la universidad como «motor de desarrollo económico y social», por lo que destacó la mejora de «la empleabilidad y el desarrollo social de nuestro entorno».