El campo: un año de "pocas luces y muchas sombras"

M.E
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La subida de los costes de producción, el fuego de La Paramera, los ataques de fauna salvaje o la crisis eterna de la leche afectan a un sector vital que subsiste al límite. Las organizaciones agrarias repasan lo que ha dado de sí el complejo 2021

El campo: un año de "pocas luces y muchas sombras" - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

No hubo demasiado que celebrar en el campo al cierre del 2021, un ejercicio raro, de «pocas luces y muchas sombras» para algunos, «caótico» y «complicado» para otros, que ha sumado las dificultades propias de un sector complejo con otras genéricas, como el encarecimiento de los combustibles y la electricidad o la crisis de los suministros y materias primas. Buenos precios logrados en sectores como cereal, finalmente difuminados por el alza de los costes de producción, se combinaron con la crisis ya endémica de la leche, los ataques de la fauna salvaje o la incertidumbre por el incendio de La Paramera para dejar un 2021 difícil de olvidar. 

El presidente de la Cámara Agraria y de UCCL y los máximos representantes de las organizaciones UPA y Asaja hacen balance del año y abordan la situación nada halagüeña del campo, un sector estratégico con gran importancia económica, social, territorial y medioambiental, especialmente para la provincia de Ávila, que subsiste al límite y que grita sus demandas de forma casi desesperada por encontrarse, en muchos casos, al borde de la desaparición. Y eso que durante la primera parte de la pandemia logró dejar patente su papel esencial para la economía y la sociedad.

Jesús Muñoz, presidente de UCCL, define el 2021 como «un año de luces y sombras», más bien de «pocas luces y muchas sombras», reconoce cuando se para a concretar los puntos positivos y negativos del año. «En la cosecha del cereal ha sido un buen año, aunque no tanto como se pensaba, no se ha llegado al precio máximo y cuando subió más, el producto ya no estaba en nuestras manos, sino en la de los almacenistas». Además, han tenido que hacer frente al encarecimiento de los costes de producción por las subidas del gasóleo, la luz y de los abonos, «del que echamos en invierno y del que utiliza ahora al inicio de la primavera», un nitrogenado que tiene un coste energético alto y cuyo precio «se ha multiplicado por tres».

La ganadería, por su parte, «ha sido la que ha tenido «mayores problemas», a juicio de Jesús Muñoz. El incendio de la Paramera de este verano llevó la incertidumbre a los ganaderos por la actividad diaria, primero, y después por el temor de no poder cobrar las ayudas de la PAC por el acotamiento de los pastos. «Desde el PP quieren cambiar la normativa y eso sería la clave para solucionar de una vez el tema de los incendios», algo que espera suceda si finalmente los populares continúan al frente de la Junta tras el 13-F, después de la excepción lograda para este caso.

Desde UPA el análisis no dista mucho. Su secretario provincial, Ventura González, habla de un «año un poco caótico». «Los precios han subido en algunos productos, pero en otros o no han tenido precio, como la uva, o ha sido a pérdidas, como el vacuno de carne y de leche», lamenta. En el cereal, por ejemplo, se valora la subida, pero se lamenta que el sobrecoste se llevara buena parte de la misma. 

Asaja, por su parte, habló de un año «complicado» y de «mucha incertidumbre» por la situación de los mercados y el sobrecoste de producción por el encarecimiento de la energía y otros materiales como fertilizantes y fitosanitarios, pero también por el incendio de La Paramera y por «cuestiones medioambientales y sanitarias» en cuanto, por ejemplo, a la «falta de control de la fauna salvaje y especies silvestres» y a que «se sigue sin dar importancia a tener un medio natural limpio». Su presidente en Ávila, Joaquín Antonio Pino, vaticina también un 2022 complicado porque la incertidumbre en torno a los costes energéticos continúa, a lo que suma la incógnita perpetua de la climatología.

 

 

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