Detrás de la mujer de poco más de metro y medio de altura; que quita hierro al hecho de que le hayan robado la maleta en el tren que le ha traído a Ávila; y que bromea sobre el tiempo perdido en la peluquería dado el viento que, después, descolocaría sus cabellos se encuentra una de las grandes de la fotografía nacional: Cristina García Rodero. Miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y la primera fotógrafa española que engrosó las filas de la Agencia Magnum, García Rodero acudió este martes a Ávila para presentar la muestra ‘Tierra de sueños’, el trabajo que documenta las condiciones de vida de las comunidades de Anantapur, en el estado de Andhra Pradesh, uno de los más pobres de la India, y el trabajo que allí realizan desde hace años la Fundación vicente Ferrer y la Fundación La Caixa.

«Me siento una privilegiada por poder ser la voz de la FundaciónVicente Ferrer», comenzó a hablar con humildad la fotógrafa manchega, que más que para sus fotografías, tuvo palabras para la labor que allí desarrolla este entidad. Una labor que, dijo, comenzó llevando agua hasta donde antes había sido impensable y que ahora cuenta también con escuelas y hospitales para atender a los más desfavorecidos.

Sobre todo a las mujeres y a las niñas, marginadas en un país en el que nacer bajo esa condición sexual supone casi un castigo. Sus ojos, rostros y manos protagonizan la gran mayoría de las imágenes que hasta el 27 de abril podrá ser visitada en el museo al aire libre en el que se ha convertido estos días el paseo del Rastro.

Habló García Rodero de cómo el mes y medio que pasó en India preparando este trabajo le permitió conocer de cerca la obra «de un soñador». De ahí el nombre de la exposicíón, que originariamente está compuesta por 80 fotografías de las que a Ávila han viajado una parte.

«Pero lo importante es que la fundación está dando voz a las mujeres», volvió a quitarse importancia la, entre otros reconocimientos, Premio Nacional de Fotografía, Premio Godó de Fotoperiodismo y Medalla de oro al Mérito de las Bellas Artes.

«Ojalá mis imágenes os puedan transmitir lo que he visto», continuó con sus palabras García Rodero mientras comentaba con los presentes algunas de las imágenes. Como su foto preferida: la de dos niñas ciegas a las que acompaña un mono. O la de una madre y su hija, ambas seropositivas, en la cama de un hospital.

Imágenes duras pero tras las que se esconde una mujer cercana y divertida, que siempre busca empatizar con sus modelos. «Me gusta ser payasa para quitar la dureza de la cámara», descubrió alguno de sus ‘trucos’ a la hora de retratar personas. 

Y a la vista está que funcionan. «Las niñas te miran con ilusión y compartir con ellos es un doble placer», recordaba su trabajo en India.

La muestra, que la artista recomendó visitar de noche, por los juegos de luces, puede conocerse de manera libre o dentro de una visita guiada: los sábados a las 18,00 horas y los domingos a las 12,00 horas, sin reserva previa. En el caso de grupos debe llamarse al 900801137.

Por cierto que, en la inauguración de la muestra, García Rodero estuvo acompañada, entre otros, por los responsables de La Caixa en Ávila y en Castilla y León, así como por el concejal de Cultura, Ángel Sánchez.