No se acaba de pasar página con el incendio de Solana de Ávila declarado el pasado sábado, que tras un fin de semana de sustos y un lunes más tranquilo quedaba extinguido en la noche del martes, según el parte facilitado por la Junta de Castilla y León en la mañana de ayer. Sin embargo, el fuego se reproducía a las cuatro de la tarde, obligando a emplearse a un helicóptero de El Barco de Ávila, un agente medioambiental y un equipo de lucha integral contra incendios forestales. Con todo, parece que fue un susto pequeño, no en vano quedó extinguido dos horas después y no pasó del nivel cero.

La Junta de Castilla y León no ha facilitado aún la superficie total quemada por este incendio forestal, el más grave del verano en la provincia. En las primeras 24 horas la Administración regional cifró en más de mil las hectáreas arrasadas, aunque en la tarde de ayer todavía se encontraba en perimetración.
Desde el primer momento se tuvo claro que el incendio fue intencionado, algo que también se ha determinado para el incendio que se declaró en Umbrías el pasado martes y que fue extinguido esa misma tarde, en tres horas, tras quemar 300 metros cuadrados de matorral.

Además, este miércoles se declaraba otro incendio en Casavieja, en el Valle del Tiétar, por una negligencia, en concreto por el escape de un vertedero. El fuego requirió de dos agentes medioambientales y dos autobombas. Con todo, parece que fue de menor alcance, al quedar extinguido en menos de media hora.