Un día después de arrasar en las primarias para designar al candidato de Ciudadanos a la Presidencia del Gobierno, Albert Rivera fue presentado ayer oficialmente ante sus compañeros de partido en un acto en el que se comprometió a acabar con los «dedazos» si llega al Gobierno, a promover un gran debate nacional para poner en marcha las reformas pendientes y a unir España frenando «en seco» a los separatistas, sin indultos ni privilegios para quienes quieren romper el país.

En su puesta de largo, el también líder de Cs quiso asumir esos tres compromisos «firmes» con la vista puesta en el 28-A. 

Contento y con las pilas cargadas, según confesó, Rivera se vio capaz de ganar las generales y, de ser así, garantizó que seguirá siendo un «currante» procedente de la «clase media trabajadora». «Voy a ser uno de los vuestros», subrayó.

Las ideas de España y de unidad sobrevolaron todo el acto, hasta el punto de que el catalán admitió que en estos años que lleva en política no ha dedicado a su familia personal tantas horas como le hubiera gustado porque las ha invertido en esa otra «gran familia que es España». «Igual que adoro a mi familia, adoro a esta gran familia y quiero poner mi granito de arena para que este país se mantenga unido», subrayó sin olvidarse de apostillar que quiere gobernar «para currar por este país» y no para ostentar el cargo y tener «el avión y el helicóptero».