El Defensor del Pueblo admite una queja sobre el castañar

M.M.G.
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La Plataforma Salvemos el Castañar de El Tiemblo habla de una «gestión inexplicable» desde hace años de una zona que sufre «el paso continuo del ganado, trabajo selvícolas y masificación turística»

El Defensor del Pueblo admite una queja sobre el castañar

ElDefensor del Pueblo, institución que en la actualidad dirige FranciscoFernández Marugán, ha admitido a trámite la queja presentada por la Plataforma Salvemos elCastañar de ElTiemblo en la que ésta expone la que, en su opinión, es la situación actual de este paraje natural.

«Siendo parte de la Reserva Natural del Valle Iruelas, ZEPA y Red Natura 2000, y gozando, por tanto, sobre el papel de las máximas protecciones para un espacio natural, sufre desde hace ya más de una década una gestión inexplicable para un entorno teóricamente protegido por parte de las administraciones responsables», se explica desde la plataforma en el comunicado remitido a los medios y en el que apuntan también cómo en su escrito «se argumenta que además de su singular flora y fauna, la confirmación por estudios recientes de sus, al menos, 3.000 años de antigüedad (aunque suponen puedan ser 20.000 y ser un superviviente de la última glaciación), convierten este pequeño bosque es un espacio singular, único y hace inexcusable poner todos los medios posibles en garantizar su supervivencia y hacer de esta tarea una prioridad de las administraciones»

«Sin embargo», denuncian tanto en la nota de prensa como en el escrito remitido alDefensor del Pueblo, «el paso continuo de ganado, trabajos servícolas con maquinaria pesada y la masificación turística, a día de hoy amenazan su existencia como bosque».

Por este motivo, los miembros de la plataforma valoran «muy positivamente la admisión de su queja por parte del Defensor del Pueblo» y afirman que se trata de «un paso más en su intento de que las administraciones prioricen la supervivencia del castañar, camino en el que aseguran estar dispuestos a acudir a todas las instancias y organismos que sean necesarios tanto nacionales como europeos».

«Son muchas ya las llamadas de atención, y no se puede seguir mirando para otro lado e ignorar lo que ocurre», alertan los denunciantes, para lo que «las circunstancias del Castañar, y las del medio natural en general, no son las mismas que hace décadas y por eso los modelos de gestión tienen que adaptarse a las nuevas realidades. Considerar el Castañar únicamente como un recurso turístico y orientar a y por ese fin su cuidado y conservación respondería a una idea caduca y cortoplacista. Además, estaríamos perdiendo la oportunidad de implantar un modelo de conservación y desarrollo sostenible económico y humano, basado en la realización de actividades de investigación educación y formación»

En este sentido, envidian la gestión llevada a cabo en otros espacios naturales, donde, dicen «han implementado gestiones que convierten la conservación del medio natural en un motor de desarrollo y riqueza para su entorno». Y ponen como ejemplo el Hayedo de Montejo, en Madrid, «con visitas guiadas que expliquen a los visitantes las singularidades del bosque convierten la conservación del medio natural en un motor de desarrollo y riqueza para su entorno». 

«Que el Castañar siga siendo un bosque, que se pueda aprovechar su potencial educativo y como fuente de conocimiento, y a partir de ahí se articule un modelo de desarrollo para la zona como ocurre en otros lugares, es la única posibilidad admisible dada la singularidad del bosque», afirman. 

Aseguran también que son conscientes de que desde los responsables «ha habido un cambio de discurso, que ha ido de afirmar que no pasaba nada en el castañar, a hablar de la necesidad de protegerlo». Y por ese motivo, denuncian, no entienden que siga sin hacerse nada realmente efectivo. «Si todos estamos de acuerdo, en que es una joya botánica, ¿por qué no empezamos a tratarlo como una joya botánica? Que el castañar se convierta en un parque o en un ‘sitio con árboles’ al que venir a pasar un día de picnic, como hay cientos, sería una irresponsabilidad. El Castañar es un lugar único, es un bosque superviviente de la última glaciación, que encierra unos valores botánicos, faunísticos y un potencial para la investigación que no se pueden perder. Y conservarlo hace necesaria una gestión global que priorice su conservación». 

En su opinión, «poner un control relativo los fines de semana de otoño es un parche que no pone fin al deterioro continuo y sostenido del bosque. Hay que abordar el problema desde una perspectiva global, además, no se puede seguir haciendo lo que se hacía hace 30 años, porque en el castañar y en el mundo, no pasa lo que pasaba hace 30 años. Hoy no es cierto que haya que ‘elegir’ entre protección y turismo, esa disyuntiva está más que superada. Al contrario, hay muchos sitios demostrando día a día que es posible hacer de la protección del medio natural un motor de desarrollo y riqueza. Y eso es lo que pedimos para el Castañar de El Tiemblo», concluyen.