La ermita del Resucitado, templo dependiente de la parroquia de la Sagrada Familia, amaneció este domingo cubierta por una serie de pintadas de color azul en la que se aprecian iniciales, números y aplabras sueltas como ‘delincuente’ o ‘cacharra’, entre otras.

Ante este hecho, el Obispado de Ávila envió un comunicado a los medios en el que, además de lamentar «profundamente» lo ocurrido y expresar su «más firme condena», anunciaba que ya se ha cursado «la correspondiente denuncia ante las autoridades competentes para que se depuren las responsabilidades ante este delito».

«Estos actos atentan en primer lugar contra el patrimonio de nuestra ciudad», se recalcacaba. «Pero, sobre todo, atentan contra el respeto y la libertad religiosa, reconocida y protegida en la Constitución, y que debe ser garante de una sana y libre convivencia pacífica en la sociedad española».

Se da la circunstancia de que hace justo un mes aparecieron una serie de pintadas en los templos de Gil García y Umbrías. En aquella ocasión, las pintadas tenían un caracter claramente ofensivo contra la Iglesia.