Dura decisión la que el base verderón Pablo Fernández anunciaba en la mañana del viernes en el Óbila Center en una jornada en la que hacía pública su retirada del mundo del baloncesto. Sus dudas sobre la recuperación de la que será la tercera operación en su rodilla derecha llevaban al base granadino a confesar la decisión adoptada tras confirmarse que deberá pasar por el quirófano –la tercera vez en apenas tres años y medio– por culpa de una rotura en el ligamento cruzado anterior de su rodilla, una lesión que sufría en un entrenamiento hace apenas semana y media.«Lo que parecía una rotura parcial al final ha sido una rotura total», una noticia «que confirmaba lo que pensaba» antes de someterse a la última de las pruebas, finalmente determinante. Será en Granada donde Pablo Fernández pase por los quirófanos. «El cirujano me ha asegurado que la rodilla me la dejará como nueva, pero otra cosa es si debo o no debo volver a jugar» señalaba ante la inminente operación.

Y es que Pablo Fernández confesaba que «igual que hace tres años, cuando me operé por primera vez y vi un mundo entero tratando de salir, de poner todas las cosas posibles para salir del pozo, ahora veo las cosas aceptando que no debo seguir jugando porque creo que la rodilla ni está ni va a quedar bien tras una tercera operación» señalaba abatido un base que a lo largo de estos días ha recibido numerosas llamadas y mensajes de su equipo, compañeros y amigos. «De ánimo estoy fastidiado, aunque saber que están ahí en el día a día hace que te sientas un poco mejor.Después de esto sigue habiendo vida, no vas a estar solo.Eso es lo que me mantiene a flote».