Sara Escudero

Desde la muralla

Sara Escudero


Junta de Año Nuevo

08/01/2022

–Diréis que es la edad, pero cada año acabo más cansado de estas noches de locura. Entre cenas, comidas, quedadas, los cierres de año son un punto entre la magia y el agotamiento, que aún no tengo definido. Tal vez sea, una vez más por la pandemia que nos ha cogido cariño y no nos quiere soltar la mano. O tal vez la pérdida de contacto social tal y como lo teníamos predefinido. No lo sé.  Pero este año, todo se me ha hecho un poco cuesta arriba.
    –Hombre, la edad influye. ¡Qué ya no somos unos chavales! Pero venga, empecemos con el consejo de dirección, que se nos echa el tiempo encima. ¿Quién empieza?
   –Yo este año he llevado mal lo de las bicis. Mira que les da por regalar cosas pesadas y vivir en un quinto. ¡Que no, hombre! Que, si las cosas que pides son grandes, deberías vivir en el primero. Que ya no están los cuerpos como hace 450 años….
    –Yo he acabado harto de la mascarilla. Vale que las cosas pesaran, pero es que con la mascarilla…. Que te la puedes quitar para hacer deporte, pero yo no encontré nada en nuestro convenio al respecto. Y todo el día con la FPP2 con purpurina…¡Jolines, que rollo!
    –Pues Balta, bien que te la quitaste al pasar por el desierto. Que, aunque vayas el último, yo te vi varios días sin ella. Y estaban los del Dakar por allí y te podías haber pillado algo y ya sí que la hubiéramos liado. 
 –Ahora que hablas de coches. En el convenio tampoco he encontrado nada sobre tener que ir siempre en camello. Que digo yo, que ahora que están de moda los coches híbridos, ¿Por qué tenemos que ir en camello? ¡Que luego estoy seis meses con almorranas y ocho con lumbociática!  ¿A que no les dijiste nada a los de los coches, Gaspi, pero si estabas pendiente de mi mascarilla? 
–Eso lo tendremos que mirar. Pero lo que está claro, y tiene razón Balta, es que no podemos seguir un año más repartiendo con mascarilla y haciendo antígenos de casa en casa. Porque esperar quince minutos en cada descansillo, nos ha hecho reducir en ritmo y eso afecta a la estadística, al número de juguetes por hora y al total de tiempo en reparto. Que cuando vean los ritmos las empresas de logística, se les va a caer un mito. Con lo que hemos sido en nuestros tiempos…
 –Yo lo de los antígenos… ni tan mal. Pero lo de la mascarilla, eso es un calvario. A fin de cuentas, de los tres soy el más viejo y el único con gafas. No veas lo que se empañan con el chisme este.
–Bueno Melchor, que siempre estás con la queja en la boca. Que si eres el más viejo, que si las gafas. Entre las reivindicaciones de Balta y tus quejas, me tengo ganado el cielo. Tenemos ahora un año de descanso y hay que olvidar muchas cosas para tener en el 2022-2023 energía para seguir con esto de los regalitos. Solo espero que a la del quinto le dejen de pedir pijamas, y al del pueblo ese de tres casas, colonias que no usa. Que tenia el cuarto de baño… que, si vuelvo a recibir en la carta algo de perfume, lo tacho y le pido una estantería, porque madre mía… ¡Qué poco originales!
    –Yo la verdad es que, con la edad, ya no recuerdo lo que repartimos, pero fíjate que sí necesito tachar de mi mente ciertas cosas: la soledad no buscada, las casas sin magia, el dolor incontrolable, las pesadillas de algunos y el frío de muchos hogares. Eso sí es para olvidar. La suerte de entrar en todas las casas se convierte, a veces, en desgracias que quieres perder de vista por un año.
   –Bueno, pues puestos a olvidar, otra cosa que también se echa en falta en el convenio, creo que me quedo con que no volvamos a pasar por los sitios de siempre. Esos conflictos que parece que no acaban pero que sigue ahí y que nos cuesta olvidar cada 8 de enero: Siria, Líbano, Yemen…
    –¡Y todos los migrantes que conocimos en el camino! A ver si actualizan pronto la dirección, porque sin domicilio será difícil que les llevemos algo. Aunque creo que eso que nos decían de dignidad y tal, aun no se puede pedir, ¿verdad?
    –Mira, esas cosas tan difíciles que las pidan on line. Que ya tenemos una edad Gaspi, como para andar hablando de cosas raras. Bastante es que me he puesto al día con los nuevos móviles, los pop it y los juegos de los chismes esos que ya no recuerdo ni como se llaman.
   –Bueno conclusión, miraremos lo de los coches híbridos, la revisión de salarios para los pajes, los días de asuntos propios para poder solicitar en fin de año y a ser posible alguna prueba de covid más rápida que los quince minutos de este año. ¡Queda así la cosa!
   –Si, si, buen resumen Balta. Dejamos estos temas para tratar en la junta de verano y veamos por donde "van los tiros" de este 2022, porque lo de tener que modificar los viajes cada año…. Mira que este año no contábamos con lo de Ucrania. Y está bien ser flexibles, pero tiene razón Melchor que para estos cambios de última hora no estamos tan preparados como antes.
  –Pues se cierra la sesión, esperando olvidar lo malo, aprender de lo bueno, seguir sintiendo la magia y no dejar nunca de creer que las cosas pueden cambiar, por lentas que sean, si se escriben con la ilusión de un niño.
  –¿A quien le toca este año hacer el acta?