Gonzalo M. González de Vega y Pomar

En mi azotea

Gonzalo M. González de Vega y Pomar


Caprichos que nos salen muy caros

08/01/2022

A cualquier persona le gusta tener un capricho y si es a costa del bolsillo de los demás mejor. Preguntémoselo al presidente de la Junta de Castilla y León y a altos cargos de Cruz Roja Española. 
Al señor Mañueco se le antojó, a pesar de negarlo pocas horas antes por activa y por pasiva, adelantar las elecciones autonómicas en nuestra Comunidad porque "temía" una nueva moción de censura sabiendo que era imposible hacerla actualmente. Se la inventó, manifestando estaría protagonizada por el PSOE y el procurador abulense de Por Ávila, después de que los socialistas castellanos y leoneses anunciaran su apoyo a las enmiendas a los presupuestos de la Junta presentadas por el partido amarillo y que los populares, sin razones de peso, no querían aprobar. Suponían esas buenas inversiones para nuestra provincia un 0,25 por 100 de los gastos. A la vez acusaban al socio de gobierno – Ciudadanos- de estar negociando a sus espaldas, cuando ello, como bien sabe, no es verdad. Lo tenía pensado el señor Mañueco de mucho antes, a la espera del "ok" de Pablo Casado, confiando en tener el mismo éxito de Isabel Ayuso en Madrid. Ese capricho le llevó a disolver las Cortes, cesar a los consejeros naranjas e invitar a los castellanos y leoneses a votar el 13 de febrero, en plena pandemia. ¡Que mismo da! Parece ya no le importa. Es mejor ese antojo, que costará varios millones de euros a los castellanos y leoneses.
Los altos cargos de Cruz Roja Española igualmente, si no vuelven a cambiar de opinión, verán hecho realidad su capricho, que afecta directamente a Ávila. Como la mayoría de los abulenses conocemos la actual sede de esta Institución ha quedado pequeña, obsoleta y en precarias condiciones para trabajar en ella y menos recibir a cuantas personas acuden a solicitar ayuda. Por ello se acordó construir una nueva sede convocando en 2016 un concurso entre arquitectos de la provincia para que el Jurado, presidido por el presidente autonómico de Cruz Roja y en el que estaba también el presidente del Colegio de Arquitectos de Ávila, eligiera el proyecto. Se aprobó el presentado por los arquitectos Arturo Blanco y Laura Martínez, que se pusieron a trabajar en él bajo la continua supervisión de la arquitecta de Cruz Roja, que bien conoce las necesidades que tienen las sedes, para adaptarlo a ellas. Hubo que realizar varias modificaciones reduciendo la superficie construida y el costo de su edificación.
Aprobado el proyecto por la Comisión de Infraestructuras se convocó concurso entre empresas constructoras para que levantaran el edificio. Se adjudicó a "Carrascosa" de Cuenca, "Electro Cuenca" y "Cresver 80 construcciones SL", que habían formado una Unión Temporal de Empresas (UTE) por la cantidad de 3.843.521,02 euros.
Así las cosas, algún alto directivo de Cruz Roja tuvo el antojo de pedir un informe técnico a un arquitecto de Madrid para que asesorara sobre la adecuación de la nueva sede de Ávila a las exigencias de la Institución y capacidad económica de la asamblea abulense. Informe en el que se manifestaban varias deficiencias y todo lo hecho hasta esa fecha se vino al traste. Anularon la ejecución del proyecto, sin tener en cuenta los más de 200.000 euros (treinta y tantos millones de las antiguas pesetas) invertidos en el mismo. ¿No se pudo hacer antes este informe?
Ya existe proyecto para la futura sede de Cruz Roja en Ávila. No se ha contado con los arquitectos que hicieron el aprobado y no ejecutado. Rompieron todo contacto con ellos y se lo encargaron al arquitecto de Madrid Enrique Fernández Flández. 
El edificio tendrá una sola planta de 1.100 metros cuadrados, con poca iluminación interior, sin sótano, garaje, almacenes… Su coste dos millones cuatrocientos mil euros. Un millón trescientos mil menos que el primero, pero la mitad de superficie construida. A ello habrá que añadir los cientos de miles ya "tirados" y de los que nadie se responsabiliza -dan la callada por respuesta- cuando una Institución como Cruz Roja ha de administrar con el máximo cuidado y transparencia todo euro que recibe de sus socios y colaboradores. Cruz Roja no es un ministerio donde el que un proyecto aumente de precio importa poco.
Estos, como otros que tienen políticos y directivos de Instituciones públicas, son caprichos que nos salen muy caros.