La imagen de España ante Suiza (1-0) en el Di Stéfano no fue brillante por la disposición táctica del rival, pero la satisfacción de Luis Enrique no se rebajó tras el triunfo por la mínima que mantiene a la Roja líder de su grupo de la Liga de Naciones, destinada a jugarse el primer puesto que da el pase a la fase final en su duelo con Alemania en Sevilla el próximo mes de noviembre. 
La revolución que está introduciendo ‘Lucho’ en el equipo nacional juntó una delantera ante el combinado helvético en la que Mikel Oyarzábal, con 23 años, ejercía de veterano y fue el autor del gol del triunfo. A su espalda, Ansu Fati (17), Ferrán Torres (20) y Dani Olmo (22) con una versatilidad que ha enamorado al seleccionador, asumieron protagonismo en un partido duro.
La selección española partió ayer rumbo a Kiev para medirse a Ucrania mañana, a las 20,45 horas en el Estadio Olímpico en lo que será la cuarta jornada de la Liga de las Naciones.

Dos percances

Los internacionales españoles Gerard Moreno y Diego Llorente abandonaron ayer la concentración de la selección en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas (Madrid) con molestias musculares y no viajaron a Kiev.  Los dos jugadores fueron titulares y jugaron los 90 minutos del amistoso ante Portugal (0-0), mientras que el delantero barcelonés sustituyó también a Oyarzábal en el minuto 73 del duelo ante Suiza.

Presión 

Un solo gol y regalo de Suiza. Apenas tres remates a puerta. España rebajó su fluidez en los últimos metros. Le faltó paciencia para tocar buscando espacios. No interpretó bien la forma de atacar dos líneas pobladas del rival... pero mordió arriba. Es lo que te da jugar con una delantera con 20 años de media de edad. Desbordan energía para desgastarse sin balón y con el estudio realizado del rival, sabían que podían encontrar el premio. Por eso el tanto hizo feliz a Luis Enrique. 

Versatilidad 

Es algo que caracteriza a las nuevas ‘perlas’ que han dado el salto con premura a la absoluta. Dani Olmo puede jugar en las dos bandas, de interior y hasta de ‘falso nueve’. Ante Suiza retrasó unos metros su posición por su «perfil técnico del alto nivel» que provoca «que no pierda el balón» y le añade «buen trabajo defensivo», como desgrana Luis Enrique. Es solo un ejemplo de lo que le aportan los jóvenes en su pizarra. Ansu Fati aparece pegado a banda izquierda pero tiene cualidades en la definición y un gran remate de cabeza para jugar de segundo delantero. Ferrán Torres desborda pegado a banda derecha pero aparece por la zona del ‘nueve’ con peligro y Oyarzábal no se fijó entre centrales, se dejó caer a banda derecha, intercambió posiciones y tuvo el olfato de un delantero para estar donde se genera el peligro. Un gol y un disparo al poste.

Busquets 

Hasta nueve cambios de los 11 titulares aseguraron frescura física a la selección en una semana con tres partidos. Solo se mantuvieron dos jugadores, Dani Olmo y un incombustible Sergio Busquets. Mientras unos apuntan a su decadencia, el centrocampista da razones para ser fijo con el técnico asturiano y pieza clave de su columna vertebral. Dio lección con balón y sin él, liderando en fase defensiva, llevando la voz cantante en la colocación de piezas en la presión. Dejó detalles de calidad como un túnel a un rival en inicio de jugada y un posicionamiento clave para anular un intento de reacción de Suiza. 

Firmeza

Firmó la selección española su tercer partido consecutivo con la puerta a cero. La confianza mostrada por Luis Enrique a David de Gea tiene respuesta en cada partido del portero madrileño. Su parada antes del gol de Oyarzábal fue clave. El único despiste de la zaga, descolocada ante un contragolpe, permitió el remate de Benito ante el que voló De Gea para sacar una mano salvadora. No tuvo que intervenir más gracias a la firmeza defensiva. Con Ramos encontrando en Pau Torres una nueva pareja que se asienta tanto como Jesús Navas. Su despliegue físico fue de lo más vistoso y sus centros siempre generaron peligro.