«La conciencia de comunidad nació en la prensa en el s. XIX"

D.C
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El profesor Antonio Checa publica un libro sobre el periodo 1793-1975 en el que al centrarse en nuestra provincia destaca el papel «esencial para esta provincia» que ha tenido Diario de Ávila

«La conciencia de comunidad nació en la prensa en el s. XIX" - Foto: Jose Ramon Lopez Rodriguez

El periodista Antonio Checa, profesor jubilado de la Universidad de Sevilla, donde fue profesor titular de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Facultad de Comunicación de 1993 a 2016, ha publicado recientemente el libro La prensa castellanoleonesa (1793-1975). Un ensayo de interpretación (Editorial Fragua 614 páginas), un estudio bastante en profundidad de los «muchos periódicos» editados en esta comunidad durante esos casi dos siglos en el que dedica un espacio notable a la provincia de Ávila, y la cual destaca «por su importancia, trascendencia y ser un referente provincial» la «larga y muy destacada trayectoria de El Diario de Ávila».

Habla en principio Antonio Checa en ese recorrido hasta el final del franquismo de las características generales de una prensa abulense que «en buena medida estuvo siempre muy influenciada por los valores católicos», aunque con ellos «convivieron otras cabeceras más dedicadas a la enseñanza, fundadas algunas por maestros que reivindicaban los valores de la educación y solicitaban mejoras en ella».

Destacable es en ese estudio de la prensa abulense, en opinión de Antonio Checa, «la distinción que existe entre la capital, que es también la sede de la diócesis, y la provincia, donde se desarrolló una prensa más liberal que compensa el dominio católico con significativos ejemplos en localidades como Arévalo, Piedrahíta o Arenas de San Pedro».

En esos casi dos siglos, explica el investigador, «son muchos los periódicos que se fundan en la provincia de Ávila, igual que en Castilla, la mayoría de los cuales tienen un corto recorrido», brevedad temporal en la cual «figura la destacada excepción de El Diario de Ávila, que consiguió una continuidad que otros no lograron, lo que convirtió en el referente que ha seguido siendo hasta el presente».

Una de las características que definieron varios de esos periódicos nacidos en Ávila en el siglo XIX, siguió explicando, fue «su casi obsesión por el ferrocarril, por conseguir que el recorrido que iba a unir Madrid con el norte de España de ese nuevo medio de comunicación viniese por la provincia de Ávila porque estaban convencidos de que iba a ser un elemento dinamizador esencial de la sociedad», un empeño en que se encontraron con la misma estrategia por parte de los medios de comunicación de la provincia de Segovia, «que también aspiraba a que el tren pasase por allí en vez de por Ávila».

También en la prensa abulense de ese largo tiempo se percibe «la curiosa polaridad de que se trata de periódicos provinciales, y como tal muy definidos, pero al mismo tiempo tienen un claro convencimiento de que son Ávila pero también son Castilla, que los problemas que pueda haber en la capital, en Arenas de San Pedro o en Arévalo son iguales o muy parecidos a los que hay en Burgos o León, y aunque lo importante para ellos es su ciudad o su pueblo nunca pierden de vista esa visión más amplia, que a veces llega hasta Castilla La Vieja».

Ya entonces, de la mano de la prensa y a raíz de esa conciencia de compartir problemas y quizás también las posibles soluciones, «nace una conciencia de comunidad que convive muy bien con la conciencia local, algo que se intensifica a finales del siglo XIX y principios del XX cuando se hace fuerte el sentimiento de decadencia social».

Ese decir, añadió, que «todos esos periódicos defienden de alguna manera que hay que tener una visión regional de la realidad, porque son conscientes de que los problemas no se resuelven solamente desde la parcela más cercana, la local o provincial», y por eso también en «esos años de prevalencia de la prensa católica y poderes caciquiles aparecen otras cabeceras anticaciquiles, más liberales, especialmente en pueblos como Piedrahíta, El Barco de Ávila o Arenas de San Pedro», con un significativo protagonismo en esa iniciativa social y cultural de «maestros y médicos que quieren destacar sus campos de actividad, muchos de los cuales se arruinan al entrar en este sector… algo que no ha cambiado hasta ahora».

el diario de ávila. «Con El Diario de Ávila como periódico que consigue continuidad desde su nacimiento, y como tal se convierte en un referente fundamental, conviven desde finales del siglo XIX y hasta bien entrado el XX otras muchas cabeceras, en la capital y en varios pueblos de la provincia, de muchos de los cuales apenas se han conservado ejemplares, y es precisamente El Diario de Ávila, y ahí radica otro aspecto de su importancia para esta provincia, el eje que nos permite conocer esos otros ejemplos de la prensa abulense, ya que también es el rotativo de referencia para todos ellos».

Entre todas esas cabeceras abulenses surgidas entre los años 1793 y 1975, finalizó Antonio Checa, «destaca lógicamente El Diario de Ávila, un periódico que consiguió la estabilidad desde el principio, incluso en etapas muy difíciles», un dilatado recorrido «durante el cual ha conseguido afianzarse como un gran defensor de los intereses de la provincia de Ávila y, además, como un referente, un gran rotativo que ha sido esencial para la historia de esa tierra».