La Guardia Civil, a través de sus nueve Comandancias distribuidas por toda la comunidad autónoma, ha dado por finalizada la primera fase de intensificación del servicio de la Operación Can, que se llevó a cabo del 1 al 31 de agosto del presente año.

La mencionada operación tiene por objeto el control y comprobación del uso del correspondiente microchip en los cánidos así como, especialmente, el cumplimiento de las normas sobre el régimen jurídico de la tenencia de animales potencialmente peligrosos en Castilla y León.

En la misma tomó parte especialmente el Seprona con el apoyo de las unidades de Seguridad Ciudadana, Tráfico, Montaña y Patrullas Fiscales.

El número de perros identificados en Castilla y León fue de 1.973, de los cuales 112 carecían del correspondiente microchip y se formularon 601 denuncias administrativas. Se procedió igualmente a la investigación de dos personas como presuntas responsables de un delito de maltrato animal.

En lo relativo a la provincia de Ávila, el número de perros identificados fue de 84, de los cuales 14 carecían de microchip, llegando a formularse 42 denuncias administrativas.

Se produjeron actuaciones en más de un millar de localidades de la región, resultando que en más de 200 se procedió a efectuar alguna denuncia administrativa.

La tipología más común de las denuncias efectuadas fue carecer de identificación mediante microchip, pero también sew produjeron denuncias por carecer de cartilla de vacunaciones y/ documentación, presencia de perros sueltos y sin control de sus dueños, perros sin bozal y tenencia de animales potencialmente peligrosos que carecían de la pertinente licencia.

A pesar de la finalización de la citada fase, la Operación Can continuará en vigor de forma permanente en toda la comunidad autónoma.