Ávila dona 40 toneladas de ropa usada en el primer semestre

Víctor Martín
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Según los datos recogidos de enero a junio de este año, en Ávila se han donado unas 84.000 prendas que se reutilizarán con un fin necesario, ayudar a los más necesitados

Ávila dona 40 toneladas de ropa usada en el primer semestre - Foto: Ana M. DÁ­ez

La organización Humana Fundación Pueblo para Pueblo, sido la encargada de recolectar 40 toneladas de textil usado en toda la provincia de Ávila durante el primer semestre de 2019, con el principal objetivo de luchar con un fin social y ambiental.

Esta cantidad, equivalente a unas 84.000 prendas aproximádamente, alargan su vida útil con el fin de ayudar en una causa necesaria, mediante un proceso de reciclado o de reutilización, probablemente mediante un programa de cooperación para el desarrollo en África.

Las donaciones recogidas por la organización proceden de los contenedores habilitados a lo largo de toda la provincia, en los que se depositan zapatos, prendas básicas, complementos, o textil del hogar que, pese a conservar un buen estado, ya no se utilizan por los motivos pertinentes. Este servicio es gratuito para el ciudadano, consiguiendo así, además, un importante ahorro en cuanto al coste de recogida, y el tratamiento de residuos, que son dos factores que se eliminan de la ecuación.

El municipio abulense que más ropa usada ha recolectado durante este semestre ha sido Sotillo de la Adrada, con un total de 8,5 toneladas recogidas, seguido por Las Navas del Marqués y la Adrada, que sumaban cerca de las 5 tonelada, y con Ávila capital en cuarto puesto, con solo 0,6 toneladas de ropa reciclada, un dato muy pobre si comparamos la densidad de la ciudad en comparación con  estas localidades, que han multiplicado el dato de la capital por unas 10 veces.

Cada persona genera entre 30 o 40 kilos de ropa desechada de forma anual en España, lo que representa un millón de toneladas al año, de las que la mayor parte son susceptibles de ser recicladas o reutilizadas, pero solo un 10% se aprovecha en este proceso, las otras 900.000 toneladas acaban en vertederos, donde su gestión es mucho más costosa y contaminante.

La responsable de la organización en Castilla y León, Beatriz Martín ha asegurado que, «Desde Humana aplaudimos la labor de los municipios que promueven la recogida selectiva de textil, aunque queda un largo camino por recorrer». 

Beatriz Martín, insiste en el mensaje de sensibilización con la causa, «Estamos ante una oportunidad y un enorme reto para dar el impulso definitivo a la gestión apropiada de este recurso, fieles a la jerarquía de residuos y a un modelo económico circular, en el que primen la prevención y la reintroducción del textil en la cadena productiva, prolongando su ciclo de vida. Todo ello en un marco definido por un sistema de contratación pública verde y sostenible como motor de crecimiento».

La ONG también da pie al optimismo, , dada la importancia creciente de la economía circular, y el hecho de que a partir del año 2025, la recogida selectiva de la fracción textil, que es una competencia municipal, será obligatoria en toda la Unión Europea, convirtiéndose sin duda en un paso fundamental a la hora de impulsar la causa.

El proceso que siguen estas prendas puede seguir dos caminos, el que siguen el 85% de las prendas empieza en una planta de preparación donde son tratadas para la reutilización, bien en Madrid, Barcelona, o Granada. El resto de prendas se venden a Empresas de reciclado.

Si nos centramos en las prendas tratadas, el 52% es destinado a reutilización, el 13% a través de las tiendas ‘seconhand’, para su distribución en España, y el 39% restante se exporta, principalmente a África, para ser vendidos a bajos precios, generando una serie de recursos que activan la economía en favor del desarrollo.

El 37% se encuentra en un estado en el que no se pueden reutilizar, por lo que se venden a empresas de reciclaje textil, que los transforman en mantas, aislantes, o trapos que se usan en la automoción.

El 2% son residuos de otros materiales, como plástico o cartón, que se trasladan a empresas autorizadas para su gestión.

El 9% no puede reciclarse ni tratarse, por lo que se envían a un centro de tratamiento de residuos para  su disposición final.

Este tipo de procesos generan en algunos países en vías de desarrollo una serie de beneficios sociales, como el empleo, generando u n puesto de trabajo por cada 36.000 kilos de textil recogido, o las medidas sociales, que ha visto involucradas a dos millones y medio de personas mediante los programas de desarrollo, , que va desde la escolarización de menores, a la agricultura sostenible, o a la lucha contra el Sida.