El Museo sube a las redes su nueva 'Pieza de película'

D.C
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El conjunto de verracos hallado en 1975 en Martiherrero, de gran importancia para conocer la función funeraria de esas esculturas zoomorfas, protagoniza el vídeo que resume en cinco minutos toda la información sobre esas piezas

El Museo sube a las redes su nueva ‘Pieza de película’

El proyecto de difusión cultural puesto en marcha por el Museo de Ávila bajo el título de ‘Pieza de película’, que consiste en hacer vídeos que resuman de forma amena y didáctica toda la información de algunos de los vestigios del pasado abulense más significativos de cuantos se guardan en su Almacén visitable ha dado un nuevo paso con la subida a las redes de su segunda propuesta, un acercamiento al conjunto de verracos hallados en Martiherrero hace 45 años.

El vídeo –https://www.youtube.com/watch?v=fn5I0kw4Rtk&feature=youtu.be–, que conjuga la información que ofrece con imágenes de alta calidad, y que para ayudar a entender mejor la pieza elegida no solo habla de ella sino que la contextualiza muy bien, se abre explicando que los verracos son esculturas zoomorfas que representan toros, cerdos o jabalíes, talladas en granito.

Tras informar de las funciones que se supone que se les dio –protección de los ganados o de los castros, hitos delimitadores de pastos o territorios y finalmente uso como monumento funerario, señalizando las sepulturas–, José Antonio Vacas Calvo, ayudante del Museo de Ávila, entra al detalle informando que «quizás como ejemplo mas representativo de este grupo de verracos de función funeraria, los verracos o toros de Martiherrero constituyen uno de los documentos más importantes de los rituales de enterramiento de la vetonia romanizada. Su función funeraria queda de manifiesto al encontrarse asociadas estas esculturas a cistas que contenían las cenizas de los difuntos, con una cronología del siglo II como momento de su ejecución».

Ese conjunto de esculturas zoomorfas, sigue explicando el vídeo, se encontró «en 1975» y ante «la excepcionalidad del hallazgo, las autoridades realizaron una excavación arqueológica llevada a cabo por Enrique Pérez Herrero, director del Museo, que documenta unos enterramientos asociados directamente con los verracos, que demuestran la unidad de todo el conjunto», que en atención a su relevancia «la Dirección General de Patrimonio resuelve que deben trasladarse para su conservación en el Museo».

cuatro verracos. El verraco más grande del conjunto «es un magnífico ejemplar por su calidad escultórica» y «es excepcional por la inscripción latina funeraria que lleva en el costado derecho», donde puede leerse  lo siguiente: «M (anibus) S (acrum) Titillo Titullus Pin M (onumentum) C (urauit)», que volcado al castellano significa: «Consagrado a los dioses manes, Titilo procuró hacer este monumento a su padre».

El segundo verraco yacía volcado hacia arriba y apoyaba la cabeza sobre una cista prismática; el tercero es el más representativo en cuanto a su forma y a su función, esquemático y geométrico; el cuarto, el más deteriorado, tiene la cabeza y el cuerpo muy dañados. Los bloques prismáticos sobre los que aparecieron serían las bases sobre las que se asentaban las esculturas, y en sus oquedades rectangulares se albergaban las cenizas del difunto.