Un recuerdo para no olvidar

B.M
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Ávila se unió a los actos en memoria de las víctimas del Holocausto con la presencia de la superviviente Anette Cabelli, que contó su historia en representación de aquellos que no la pudieron contar

Un recuerdo para no olvidar - Foto: Isabel García

Llegó en tren, de madrugada, al campo de concentración de Auschwitz. Atrás quedaba su vida en Grecia, llena de miseria, pero llegó a algo peor. A partir de entonces dejó de ser Anette para pasar a ser un número, el que aún tiene en su brazo izquierdo. Entonces, como ella mismo dijo, «ya no éramos más humanos, perdimos toda la dignidad». La historia de Anette  Cabelli (Florentin como su apellido de soltera) fue la que se pudo escuchar en el acto oficial en memoria de las víctimas del Holocausto organizado por el Ayuntamiento de Ávila en el palacio de Superunda. 

Un acto lleno de público para la ocasión para poder escuchar este testimonio en primera persona, lo que se vivió con unas palabras llenas de sentimiento de una superviviente de 94 años que tuvo que ver cómo en su primer día en el campo de concentración mataron a su madre y a ella la sacó del camión que se dirigía hacia la muerte un alemán. Antes, ya había sufrido la llegada de los alemanes a su tierra y  vivido ese horrible viaje en tren hasta el campo de concentración cuando  tenía 17 años. Y con el poder que da la memoria, la que hace que no se olvide, aún recuerda cosas tan concretas cómo la gente que no podía bajar del tren porque había que saltar, cómo se llevaban a los mayores y enfermos y a partir de ahí todos los horrores por los que tuvo que pasar. Y en su recuerdo, el número, aquello en lo que la obligaron a convertirse.

Pero volvió a ser Anette, y ahora además es española, como bien pone en su pasaporte ya que ha conseguido la nacionalidad en virtud de la ley que se la otorga a los sefardíes expulsados de España. Y así, ella al menos ha conseguido alcanzar uno de los sueños de su madre, venir a España.

El acto de Ávila incluyó en encendido de seis velas, en recuerdo de los seis millones de judíos asesinados, de los niños judíos que murieron, de otros colectivos que también lo sufrieron, los que ayudaron a salvarse y los supervivientes que rehicieron su vida. Y la que se encendió por perseverar la memoria. Una memoria que se quiere mantener en actos como el organizado este martes, que contó además con la música del Trío Assudei de Terpsícore y fue presentado por el teniente de alcalde Héctor Palencia.