J.M. Serrano rescata la figura de San Bernardo de Candeleda

D.C
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Un libro realizado por el periodista abulense y editado por la Institución Gran Duque de Alba, fruto de más de diez años de investigación, ahonda en un personaje nacido en el siglo XII al que la tradición convirtió en santo recién fallecido

J.M. Serrano rescata la figura de San Bernardo de Candeleda

La Institución Gran Duque de Alba, dependiente de la Diputación Provincia, presentó al público abulense uno de los libros que editó el pasado año, un estudio histórico muy bien documentado realizado por el periodista José Manuel Serrano, exdirector de Diario de Ávila, en el que aborda la vida de San Bernardo de Candeleda, eremita del siglo XII lleno de interés histórico y religioso pero muy poco conocido, al que su autor ha querido dedicar un trabajo de larga elaboración que comenzó a germinar, tal y como él mismo apuntó ayer, cuando era un "chaval de 15 años de edad" que vivía en su Candeleda natal.

Acompañado por el diputado responsable de Cultura, Eduardo Duque, y por el director de la Institución Gran Duque de Alba, Maximiliano Fernández, José Manuel Serrano agradeció los apoyos recibidos para realizar este libro por parte de la Diputación y del obispo de la diócesis de Ávila, con un recuerdo muy especial para el anterior director de la IGDA, Carmelo Luis, un trabajo de investigación concentrado en cerca de 400 páginas que "he tardado más de diez años en realizar".

El "porqué de este libro", apuntó su autor, asienta sus raíces "en mis años de juventud, cuando siendo párroco de Candeleda Julián Sánchez Chamorro descubrí un un libro muy viejo, el de la Mayordomía de san Bernardo, un cuaderno que hablaba de los milagros" de ese santo local… pero no fue hasta "mi jubilación cuando me dediqué a indagar en esa figura", descubriendo en primer lugar "en el Archivo Diocesano un libro sobre la cofradía de San Bernardo y declaraciones de testigos de su vida y milagros" y luego "trabajos de más de 30 autores en los que se hablaba de ese santo, en castellano, en alemán, en italiano y muchos también en latín". El más antiguo de esos libros en los que se menciona a san Bernardo de Candeleda data de 1621 y es obra del vicario general de Bruselas.

A modo de resumen, comentó José Manuel Serrano que san Bernardo de Candeleda fue un eremita que vivió en el siglo XII, en un momento en el que la localidad no existía, primero como eremita y luego como monje de una ermita que se situaba cerca de lo que ahora es el pantano del Rosarito.

Toda esa información lograda en esos más de diez años de trabajo, que ha dado forma a un libro que su autor destacó que "no es una obra final, ya que hay que seguir investigando", la reparte José Manuel Serrano entre seis capítulos.

El primero, titulado Un santo del siglo XII, habla de los antedecentes que ayudan a situar su figura histórica y de cómo su relevancia fue sostenida por testimonios de numerosos testigos, además de enumerar los autores que han mencionado a san Bernardo a lo largo de la historia, para cerrarle con una biografía del eremita al que la comunidad 'declaró' santo enterrándole debajo del altar del templo y de inmediato comenzó a venerar, tanto que es santo patrón de Candeleda junto con la Virgen de Chilla.

El capítulo 2 se centra en hablar de los milagros atribuidos al santo (entre ellos el de cruzar el río Tiétar sin mojarse, para sumar un total de 148), conocidos gracias a los 308 testimonios declaraciones que con ese fin realizaron 258 personas de la zona entre los años 1565 y 1569 y que fueron fundamentalmente curaciones de males de rabia, quebrantos y epilepsias, además de recordar los ritos que se hacían en su memoria.

A la Cofradía del Santo, que ya existía en 1565 y que en principio fue denominada Mayordomía, está dedicado el tercer capítulo, abriéndose la información ofrecida a los documentos existentes en los que se detallan ingresos y gastos, y a la ermita de San Juan y San Bernardo lo hace el capítulo cuatro, para explicar que el templo donde moró san Bernardo, de origen visigodo, estaba situado en un lugar sagrado en la confluencia de dos ríos, y que ahora está en manos privadas.

El penúltimo capítulo habla del monasterio de la Gran Selva, fundado hacia el año 1300 y que luego pasó a llamarse de Nuestra Señora del Rosario, para cerrar el libro con el dedicado a concretar fechas históricas, conclusiones y la amplia bibliografía consultada.

Entre las conclusiones básicas a las que ha llegado José Manuel Serrano tras tan larga investigación destacan las de que "existen suficientes datos para confirmar la existencia de san Bernardo" y que "la supresión del culto ordenada en 1721", cuando la población de la zona llevaba varios siglos venerando al santo, "no se ajustó a derecho".

Tanto Eduardo Duque como Maximiliano Fernández destacaron la larga y fructífera labor que José Manuel Serrano ha realizado en el campo del periodismo, fundamentalmente, pero también en otras esferas de la vida social, y le felicitaron por este trabajo de investigación "valiente y a veces a contracorriente, porque hay quien niega la verdad de la existencia de san Bernardo de Candeleda"