El Real Ávila vuelve a sacar pecho en El Mancho

A.S.G.
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Cultural Deportiva Cebrereña
1
Real Ávila
Finalizado
Doce años después los encarnados vuelven a ganar un derbi en El Mancho Ángel Sastre en una tarde de poco fútbol y mucha pasión. Con nueve jugadores y el juvenil Sergio en portería, el gol de Rubiato decidió el partido

El Real Ávila vuelve a sonreír en El Mancho Ángel Sastre. No lo hacía desde la 2008-09, la última vez que ganó en un terreno de juego en el que para sacar algo positivo hay que saber sufrir. Esta vez lo hicieron los de José Manuel Jimeno ante una Cultural Deportiva Cebrereña que mereció más en la primera mitad pero que se desvaneció en la segunda en un partido de sudor –el Real Ávila acabó con nueve– y lágrimas, las de Johan y Aitor, que acabaron expulsados en un una tarde tensa dentro y fuera del campo. Una tarde que decidieron el gol de Rubiato y la tranquilidad de un juvenil, Sergio Martín, que con 18 años recién cumplidos supo defender la portería encarnada cuando Jimeno le llamó a filas. Y un partido así es un ‘miura’ que no todos son capaces de torear.

Que no iba a ser una tarde plácida para los encarnados se vio al momento. Nunca lo ha sido en El Mancho Ángel Sastre. Apenas cinco minutos se habían disputado y se jugó la expulsión Tena. De haber visto la roja no hubiera sido extraño cuando Terleira, en la primera que tuvo, la controló para enfilar a Johan, que ya veía el colmillo del ‘9’.Le derribó el central para evitar la primera ocasión de un partido en la que ambos equipos saltaron con la misma idea, duros atrás y pelotazo en largo en busca del gol. Ni era el día ni el campo para jugar a otra cosa. Lo sabe mejor que nadie la Cebrereña.  Cualquier balón puede ser una ocasión y de un saque de banda de Perdi al área –minuto 14– llegaba la oportunidad de Garri, que entró con todo en el segundo palo. Su remate se encontró con el larguero.

Partido de mucho nervio y poco fútbol. Si Johan la ponía con la mano en las proximidades del área de Javi Gordo, el portero culturalista se la devolvía con una asistencia a la frontal que bajaba con nieve pero Terleira la acomodaba con el pecho con suavidad para rematar de primeras. No había un claro dominador, aunque era la Cebrereña la que llevaba la voz cantante. Y quiso cantar gol Terleira –minuto 31– cuando encontró perfil de disparo. Se escoró demasiado, le tapó bien Tena. Aún así encontró el hueco. Duro disparo que rechazó Johan. Ante la llegada de Guille el dominicano se movió con agilidad.  Volvería a tener que salir a escena minutos después y de nuevo a disparo de Terleira, que esta vez buscó el primer palo. El encuentro era un ida y vuelta. Esta vez era Aitor el que le ponía un gran balón al desmarque de Rubiato que obligaba a Javi Gordo a apagar el fuego fuera de sus dominios.

No quiso esperar mucho Jimeno para darle una vuelta de tuerca al partido. Dejó a Calderón en el banquillo. Con una amarilla y demasiado excitado era candidato a la expulsión. Apostó por Manu Sánchez de central. Se endureció el Real Ávila. Con Carlos Pascual, Tena, Marcos Isla y Llorián, el Real Ávila sacó músculo y piernas. Y la apuesta le salió redonda al técnico madrileño. Porque el movimiento de piezas sobre el césped desactivó a una Cebrereña que nada tenía que ver con la de la primera mitad.  Seguía volando el cuero de un área a otra, pero ahora era el Real Ávila el que empezaba a mandar en las dos áreas. Hizo pareja Aitor con Rubiato en la delantera y empezaron las oportunidades, aunque la primera llegó de las botas de Llorián. La habían mandado al limbo Aitor y Sergio Ramos desde fuera del área, pero Llorián obligó a Javi Gordo –minuto 58– cuando en una buena jugada de banda a banda ingresó por el carril del extremo y disparó con dureza. El portero culturalista la sacaba con los pies.  

El partido era ahora de los encarnados y lo terminó de plasmar Rubiato. Ya la había tenido minutos antes, pero se lió en el control cuando quiso buscar el regate en el área. Esta vez fue eficaz. La peinó Aitor dentro del área hacia el desmarque del ‘9’, que entró por la espalda de los centrales para controlar el balón y rematar al fondo de la red junto al área pequeña. El 0-1 hacía justicia a la segunda parte de los encarnados, mucho más asentados que una Cebrereña que se había difuminado y que se mostraba a fogonazos.

Pero con el partido controlado Johan la lió. Su partido era impecable, hasta que su ímpetu, el mismo que ya le ha condenado otras veces, le llevó a cortar un balón fuera del área con la mano. Roja directa. Con Brian lesionado, y consolando a su compañero en vestuarios, era Sergio Martín, un juvenil de 18 años recién cumplidos, el que saltaba al campo. Se le complicaba el partido al Ávila y se le complicaría aún más cuando Aitor veía la roja –previa tarjeta amarilla en la misma acción– por encararse con el público tras recibir varios insultos. Se marchaba entre lágrimas. Se quedaba el Real Ávila con nueve y sin embargo no lo supo gestionar una Cebrereña a la que le faltó tranquilidad para entender la situación.